Header AD

📌 EL VERANO EN EL QUE DESCUBRÍ ¿MI BISEXUALIDAD?📌 PARTE 2





Tras un verano singular, Daniel, Adrián y Elena hacen los preparativos necesarios para un otoño también inolvidables.

Daniel

Por fin pasó lo que más temía, ese mes de septiembre desde el día 3 hasta el 12 que me examiné de las asignaturas pendientes, tras un mes de agosto que en mente de mis padres debería ser de penitencia y “castigo” sin vacaciones y, pongo entrecomillado castigo, porque fue un agosto que jamás podré olvidar.

En mí parlamento sigo poniendo en interrogante bisexualidad ya que mi confusión sigue patente en mi consciencia. Sabía de lo que fui protagonista y partícipe, cuando cerraba los ojos y profundizaba en mis pensamientos seguía viendo las caras de Elena y Adrián, ¿Cómo podría ser que mis sentimientos hacia ellos, fuese de amor y deseo plenos?    

Elena dijo que nuestro próximo encuentro sería para el mes de octubre, siempre y cuando también yo cumpliese con mi obligación de aprobar, que menos, dada la ayuda que ella me prestó y que yo sobrevaloraba de manera muy especial más allá de lo académico.

El objetivo lo cumplí, no sólo logré aprobar dos, sino las tres, aunque muy raspado en matemáticas, en cuanto supe las calificaciones las comuniqué por whatsapp (teníamos ya un grupo sólo para los tres) y recibí por respuesta felicitaciones llenos de emoticonos optimistas y de alegría. Adrián me volvió a recordar -esa planta que veía en mí- para conseguirlo, su mensaje terminó con emotiguys de caritas llorando de risa. Elena me dijo lo orgullosa que estaba de mí.

Mi familia, y en especial, mi padre, me abrazó y me dijo …lo ves hijo ha merecido la pena que estuvieras en el pueblo, pues es más importante tus estudios que unas vacaciones aunque te hayas sentido algo fastidiado… me quedé mirándolo y asentí, pensando …¡madre mía si tu supieras!...    

A todo esto y tras los exámenes, Patricia que es la chica con la que salía en Madrid antes de irme al pueblo con mi abuelo, cumplió con su promesa, me llamó para vernos y felicitarme también por mis aprobados. Le agradecí su pleitesía, ella quiso que nos viéramos en un parque que estaba al lado del que ya dejaría de ser mi instituto.

Al día siguiente y mientras caminaba hacia el, no dejaba de pensar en qué me diría, quedamos en el banco habitual al lado de una cancha de futbito y baloncesto, no había llegado aún, esperé sentado encima del respaldo del banco, pasados 10 minutos la veo venir hablando por su móvil. Sin parar de hablar me da dos besos y se distancia lo suficiente para no poder oír la conversación, al poco tiempo termina y se dirige a mí.

 ¡Hola Dani!... perdona, pero Anita mi amiga que conoces sieeempre me llama en el mejor momento y ya sabes como se enrolla!... 

…No importa, -dije-

¿Qué tal te ha ido en el pueblo? …supongo que algo estresado y aburrido con el estudio ¿no…?

-Bien, pues si harto de estudiar, pero mereció la pena, y aburrirme bueno conocí a amigos para desconectar un poco. Por supuesto que en mi pensamiento reinaba lo que en ella nunca se le pasaría por la cabeza.

Voy a describir un poco como es Patricia, diría que todo lo contrario a Elena, más alta, con más culo, caderas y tetas más grandes en forma de pera que, aunque a ella no le gustaban a mí sí, pelo castaño, aunque se lo tintaba a menudo y ojos verdosos, labios pequeños pero anchos y carnosos, coño totalmente depilado. Muy simpática pero muy tradicional en cuanto al sexo, su postura -la del misionero- y por supuesto el anal descartado, y si algo había que se pudiera salir de lo habitual, era por mí insistencia, como por ejemplo el oral, como mi polla oliera algo a pis, tendría que lavármela hasta que percibiera olor a jabón y, aún así, la mamada duraba poco con los típicos intervalos de -avísame eh… cuando…- ya sabéis, a mí me gustaba chuparle su sexo, pero al poco tiempo se encontraba incómoda. En el follar en muchas ocasiones se corría antes que yo, que ya es raro, con un orgasmo ya le bastaba. Yo seguía hasta intentar terminar pero si tardaba demasiado también la notaba molesta, lo que me provocaba mal rollo y a veces hasta perdía la erección, no eran pocas la veces que terminaba pajeándome con el condón puesto.

Tras la experiencia vivida en el pueblo, a veces me he preguntado si la tenía cariño o amor, o simplemente lo que quería era tener un agujero dónde desahogarme. En fin.

¡Bueno Patricia, hemos quedado aquí porque algo querrás decirme, si no me equivoco!

Dani, sabes que te quiero bastante y siempre nos hemos llevado bien…

¿nos hemos?

-Me cuesta decírtelo porque temo hacerte daño, siempre te portaste bien conmigo, pero dos meses antes de que te marchases al pueblo, he estado saliendo con otra persona, tu pasabas por un mal momento y por eso te lo digo ahora…

Puse cara de sorpresa, bajé la cabeza y puse las manos sobre mis sienes y codos en las rodillas, en ese momento, estaba haciendo puro teatro, parecía que me estaba afectando, cuando en realidad me sentía liberado, me sentía una persona diferente tras lo vivido en el pirineo.

¡De verdad… Dani! …perdóname si no te lo he dicho antes, lo que si me gustaría es seguir siendo tu amiga.  

Levante la cabeza y la miré…  Pues me lo deberías haber dicho, de todas formas, creo que estábamos juntos porque nos lo pasábamos bien y por seguir siendo tu amigo, no te preocupes…

-Menos mal, pensé que te ibas a enfadar más… 

Ella de alguna forma se estaba dando cuenta de cierta indiferencia por mi parte.

-De poco vale enfadarse, las cosas igual que surgen se apagan, espero que te vaya bien en tu nueva relación.

Nos fuimos a tomar un helado y tras ello nos despedimos con besos de amigos y esperando vernos pronto, así sin más.

El miércoles 18 de septiembre por la tarde recibo otro mensaje de nuestro grupo escrito por Elena, al verlo ya notaba mi corazón latir más deprisa, así rezaba;

 …Hola Dani y Adrián, como las promesas son deuda, he pensado en vernos el fin de semana del día de la Hispanidad, el 12 es sábado, pero compensan la fiesta con el lunes, al menos para mí, yo incluso también me podría coger el martes, un día más, pero ya me diréis... He hablado con una amiga que regenta una casa rural en un pueblo muy cercano a Zaragoza, la tienen sin servicio todo el mes de octubre por vacaciones… nos la puede dejar unos días a cambio del favor de regarle el jardín y las plantas, si os cuadra estar en ella del 11 al 15 sería genial, espero vuestra respuesta lo antes que os sea posible… OS QUIERIO MUCHO, BESITOS. Elena.

  

Adrián

Me encontraba en Huesca el mismo día que Elena envió el mensaje, estaba formalizando la matrícula para este segundo año de carrera en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología a distancia (UNED en España), cuando regresaba al pueblo en el bus, leo el mensaje y mí cuerpo se tambaleó de alegría, la hiperactividad de Elena no cambiaba desde que era niña, el final del mensaje -OS QUIERO MUCHO- a cualquiera del común de los mortales, nos sentiríamos muy celosos, ahora somos más que amigos pero por mutuo pacto, sin llegar a ser novios.

Se había unido a nosotros Daniel, del cual desde el minuto uno no pude dejar de admirarle, gustarme y quererle, por lo que ya era parte de nuestros corazones y de nuestras emociones. Tras meditar el mensaje de Elena, sentía necesidad imperiosa de volver a fusionarnos como meros átomos en reacción nuclear. Ahora tendría que pensar en que le diría a mi tío, no porque le vaya a importar irme, sino porque estaría unos días sin mí ayuda en la cooperativa, tan necesaria para él. Además, no empezaría el curso hasta finales de ese mes, por lo que tenía días de sobra.

…Una casa rural, otro pueblo, nosotros tres solos, nuestras miradas cruzándose de nuevo… me producía un cosquilleo de pies a cabeza que parecía elevarme a las nubes. Cuando llegué al pueblo ya anocheciendo, estaba mi tío en la parcela de la casa instalando una zona de riego por goteo, me preguntó que tal me fue, le dije que todo el papeleo estaba hecho, me dio una palmada en la espalda -¡me alegro mucho sobrino! …a ver si este curso que viene se te da igual de bien que el pasado…  

…Veremos tío, veremos… -le dije dedicándole una sonrisa-

Mientras cenábamos y tras oírle diversas historietas y anécdotas relacionadas con la cooperativa, hallé el momento de decirle que entre el 11 y el 15 de octubre me habían invitado unos amigos de estudio a pasar unos días en Zaragoza en una casa rural, él se me quedó mirando y me contesto con ímpetu …me parece bien, te lo mereces, además creo que abuso demasiado de ti…

¡No tío no digas eso!... no es verdad.

Además, -contestó él- estamos aún en plena vendimia y el tema de las cuentas y papeleos no llegará hasta que las uvas pasen de mosto a vino y la fermentación lleva su tiempo. De verdad no te preocupes y disfruta.

Eso es lo que precisamente quería, disfrutar de la pasión y morbo que me envolvía un reencuentro que, sin duda alguna, será otro recuerdo grabado en mí como piedra con punzón 

Nos fuimos a dormir después de ver un rato la tele. En mí habitación llamé a Elena desde mí móvil para confirmarle mi deseada asistencia, se puso contenta y me preguntó que si sabía ya algo de Dani. Si quieres le llamo -le dije- …no quizás aún sea pronto para que nos de una respuesta, si eso ya le llamaré yo no te preocupes, me dijo que me quería mucho y colgamos. Esa noche dormí de una forma más que placentera recordando el verano que pasamos los tres juntos, era tal mi excitación que no me pude dormir relajado sin antes sin hacerme un buen pajote.

Pasaron varios días, hasta que Dani contestó, tenía pensado desplazarse en autobús, pero para su sorpresa sus padres le dijeron que no, tras sus excelentes resultados en los exámenes le regalaron sendos billetes de ida y vuelta en el AVE (tren de Alta Velocidad español) alegando qué, ya que no tubo vacaciones, que al menos tuviera esos días de merecido ocio.

Al día siguiente fue el propio Dani el que me llamó, tenía ganas de volver a oír su voz, la verdad es que nos emocionamos juntos, echábamos imaginación a lo que podrían ser esos días, qué podría pasar, qué éramos capaces de hacer, en fin, estaba tan emocionado o más que yo si cabe. Sentí lo feliz que era y las ganas que tenía de volvernos a ver.      

Elena

Ya tenía la respuesta de los dos, mis nervios se apoderaron de mí ya que quería ser meticulosa en el cuidado de todos los detalles de nuestra estancia, cogí mi auto y me acerqué a la casa para, además de verla, hablar con mi amiga antes de que partiera de vacaciones.

Está en un pueblecito casi deshabitado, al menos en esta época, cerca de un famoso embalse a una hora más o menos en coche desde Zaragoza, variadas casas lo componían, viejas y renovadas, respetando el estilo impuesto, tan sólo un bar abierto de los dos que hay. En este bar es dónde mi amiga me dejaría las llaves de la casa en la fecha de nuestra llegada.

La casa contaba con 7 habitaciones, ella me iba a ofrecer tres individuales, pero le hice a entender que iba con pareja, por lo que me facilitó una de matrimonio y otra individual. Por supuesto le dije que no podían faltar sábanas, toallas, papel higiénico y otros utensilios de aseo, como gel, jabón etc. Con el tema de las comidas ya nos apañaríamos, la casa en planta baja contaba con bar y restaurante, pero estaría todo recogido y sin género, aunque ello no nos impedía entrar y utilizar sus mesas. Al lado, un salón comedor con chimenea y troncos sin quemar esperando épocas más frías. Me dejó la llave del almacén dónde guarda los cambios de cama, así como toallas de mano, baño y cajas de geles, champús y colonias en sobres y frasquitos individuales.

Analizaba con mesura todo lo que en mí alrededor había, porque una vez juntos los tres, para mí todo eso pasaría desapercibido. El exterior de la casa contaba con un pequeño jardín amurallado todo en piedra de granito que daba entrada a la casa, alzando la mirada, gran parte de el lo componía parras de uvas con racimos que parecían ya comestibles, el suelo todo césped y se podía escuchar cuatro chorros altos de una fuente decorativa que caían en un gran pilar redondo de agua verdosa clara en la que pude percibir renacuajos y peces rojizos. Había tres mesas redondas, también en piedra de granito, para unas 8 personas cada una sin sentirse apretadas, así como material de riego y mantenimiento. Mirando una de las mesas me imaginé a Adri y Dani sentados y hablando de sus cosas… no podía dejar de pensar en ellos. 

Me despedí de mi amiga deseándole unas felices vacaciones y advirtiéndola de que le debía una. Conduje de vuelta pensando en mis benjamines mientras tragaba autovía, tuve que apretarme de piernas pues llegué a ponerme húmeda. Al llegar a casa y tras un saludo efusivo de mis padres hacia mí, me dijeron que si quería cenar, les dije que sí pero necesitaba primero ir al baño. Sentada con mi móvil en el wáter, veía fotografías de ellos del verano, no pude dejar de besar la pantallita. Tras la cena me fui a dormir y a oscuras no pude evitar meter mi mano entre el pijama y mis braguitas para tocarme el clítoris pensando en lo mismo, me vino un pequeño y placentero orgasmo que me relajó, me dormí.

Ya por la mañana me preparé para ir a trabajar, tras licenciarme en químicas, llevo cerca de tres años trabajando en un laboratorio que se dedica a la investigación de nuevos fármacos y a la mejora de otros ya existentes, hoy día 9 y mañana 10 serán los últimos días de trabajo antes de ver de mi reencuentro con mis chicos“que ganas…”

Tras salir del laboratorio, caminaba hasta la parada del bus que me llevaría a casa, sonó mi móvil, era Dani. 

¡Dani, que sorpresa que seas tú! …espero que estés bien.

…Hola Elena, si, estoy bien y deseando verte. Te llamo para decirte que al final llegaré en tren que según veo en el billete llega a Zaragoza a las 11:45 de la mañana.

¡ah...! no te preocupes, es muy probable, que Adri llegue antes que tú, pues le pilla más cerca, te esperaremos los dos en la estación con impaciencia.

…También quería agradecerte de todo corazón esta sorpresa que nos has regalado y preparado.

¡Bueno…Dani! …lo que conoces es parte de la sorpresa, no entera.

¡Madre mía…! …que estarás tramando, miedo me das…

…Seguro ¿de que te doy miedo? -dijo Elena medio riendo-

Sabes perfectamente lo que me das y desde entonces… soy otro, no dejo de pensar en ti, tu mirada… en tú… en tú… no sé tú TODO.

Elena se mostraba alagada a la vez que cachonda al oír esas palabras.

¡oye Dani! …que vaya por delante que te quiero a ti por igual que a Adri y sé que con él ha sido tu primera experiencia con un chico… me pregunto como te planteas la segunda, ya que sé que conmigo lo tienes claro.

¿Quieres que te conteste sinceramente?

¡Sí por favor, te lo ruego!

Oí a Dani moverse, seguro estaba buscando algún lugar más discreto para hablar.

Desde esa primera vez, está claro que en mí ha resurgido un sentimiento nuevo, veo las cosas con otra perspectiva. Si voy por la calle y no te voy a negar que cuando pasa una chica de buen ver, me quedo mirándola, pero desde mi experiencia con Adri, también lo hago con chicos, la única diferencia es que sólo 2 de cada 10 me llamen la atención, además termino comparándolos con Adri, y joder, Adri es Adri.

En resumen, pese que ahora me fijo en chicos, soy bastante más selectivo con ellos que con ellas, no sé si me explico.

-Te explicas, …y por lo que puedo ver y entender de momento no concibes nada masculino que ¿no sea Adrián?

¡Más o menos!, ...en mi cabeza de momento sólo esta él, y tú por supuesto. Fíjate, el otro día en el instituto había un chico que por su estatura y cuerpo se parecía a Adri, incluso tenía su pelo también rizado, delgado, pero menos moreno que Adri. Le miré el paquete y hasta me imaginaba que la tendría como Adri, parecía que estaba con Adri.  

-Una pregunta Dani, ¿has imaginado alguna vez tener sexo con Adri sin que esté yo?...

Oí que suspiraba por el auricular, y a los pocos segundos contestó;

-Sí, claro que sí.

-y…? -replicó Elena-

-Pues que la sensación que tengo es eufórica, intensa y delirante, meeee encanta Adri.

¡Así sin más!... ¡dime algo que no sepa!, hay algo que no entiendo de ti conmigo, ahora mismo creo que la timidez te está venciendo y tú mismo te estás autocensurando, creo que, o no me cuentas la verdad o ocultas cosas que no quieres decir. Coño que soy Elena, tu Elena.

¡Es verdad!... tienes razón Elenita mía, confieso que en mi habitación me he hecho unas cuantas pajas pensando en él, le besaba, le mordía, me imaginaba chupándosela de nuevo, sintiendo el olor del sudor de su cuerpo, en fin, pero siendo sincero, justo cuando la corrida me venía, aparecías tú en mí mente mirándome fijamente…

…¡Bueno veo que te has soltado un poco!... va a ser verdad lo que Adri decía, que somos un trio de la hostia, además por nada del mundo me perdería una corrida tuya, aunque esté en tu imaginación… -Risas de Elena y de Dani a la vez-

…Yo diría que somos tres en uno, y no me refiero al spray del aceite ese eh… -Mas risas- es un sentimiento difícil de describir, siento puro placer cuando estoy con vosotros, no sé cómo calificarlo, si es amor, intenso cariño o ambas cosas a la vez, pero en pleno sexo, contigo es canela y con Adri picante, dos cosas muy diferentes pero que me gustan. El deseo de tener sexo con los dos es el mismo, pero la forma y las sensaciones son distintas a la vez que complacientes.

¡Ah vale! ¿y con quien tienes más sensaciones?...

No es una cuestión de cantidad, es más bien de apreciación, cuando aprecias a alguien que te gusta, lo valoras, si lo valoras, te empieza a gustar su compañía, si su compañía se hace cada vez más intensa, terminas deseándolo y el deseo puede dar paso al sexo, que es lo que me ha pasado con él. Nunca me llamó la atención una polla, y mira si habré jugado con la mía e incluso con amigos cuando era más menor, pero desde que jugué con la de Adri descubrí algo nuevo que no me imaginé que me gustara, no depende de los genitales que cada persona tenga, sino de aquella persona que te gusta y además los porta, se puede disfrutar de ambas cosas con sentimientos e intensidades tan distintas como complacientes.

¡Muy interesante Dani, todo lo que acabas de decir te daría por lo menos para una buena tesis!

¡Tampoco te pases!

¡Jodeeeeeer! Dani cómo te deseo y te quiero.

…y yo a ti, pero… ¿el deseo es cuantitativo o cualitativo?

¡Vete al carajo! -contesto Elena- … el próximo día 11 y sucesivos …ya verás, tú mismo me contestarás a esa pregunta.

Se despidieron con cariñosos y sonoros besos.

El Reencuentro.

Por fin llegó el señalado día, mientras me embarcaba en mi tren con destino Zaragoza, me encontraba ensimismado en las experiencias que el destino me iba a deparar. Entré al vagón y asiento con ventanilla que me correspondía y me senté, con la vista perdida veía al diverso pasaje con prisa caminar por el andén arrastrando trolleys, pero en mí mente volvieron a resurgir la imagen de Elena y Adrián. El viaje duraría algo menos de hora y media.

A falta de poco tiempo de que el tren se pusiera en marcha, en el asiento de mi lado se iba a acomodar un joven adolescente vestido con ropa deportiva, antes de sentarse, comprobó que era su asiento y tras unos buenos días que me dio, se inclinó hacia mí, se alzó para poner su bolsa en el portaequipajes dejando su ombligo al aire, en ese momento pude observar las claras oscilaciones de su pene que la fina tela de su pantalón deportivo dibujaba en un perfecto relieve dinámico. Esto me resultó excitante pese a que en otras ocasiones me resultaba indiferente. Finalmente se sentó y se estiró concentrándose en lo que estuviera oyendo por sus auriculares que llevaba puestos desde que entró.

El viaje, aunque fuera de hora y media, a mí me pareció interminable, en ese tiempo fui dos veces a la cafetería del tren, al wc… por fin por megafonía llegó el anuncio, “próxima estación Zaragoza”, ya estaba impaciente delante de la puerta sujetando mi bolsa con una mano y con la otra tocando el botón verde que permitía abrir la puerta a tren parado. Sabía que me estaban esperando Elena y Adrián, me pasaron al móvil un mensaje al respecto, lo que me produjo un cosquilleo y en mi vientre de emoción pura.

Salí del tren y me encaminé hacia las escaleras mecánicas que subían al vestíbulo de la estación, mis nervios a flor de piel, llegué y ahí estaban, sujetos el uno con el otro por la cintura.

En cuanto me vieron se soltaron, el primero Adri, que vino hacia mí rápido, yo instintivamente le acerqué mi mano, la llegó a tocar pero para frenarla al tiempo que me besó en los labios (es que no aprenderé lo bobo y estúpido que soy). A continuación, otro beso de Elena, los viajeros que a nuestro alrededor pasaban ni se fijaban en nosotros, nos abrazamos los tres juntando nuestras caras cuando Elena exclamó a voz alzada… ¡Por fin juntos!... que ganas… Bienvenido Dani… sin soltarnos, nos volvimos a besar los tres en los labios, esto ya si llamó la atención a los transeúntes, pero no me importó en absoluto.

¿Qué tal el viaje Dani? -me preguntó Elena- pues pensando en vosotros… ¿Qué tal estáis? -dije-

Ahora mejor, bastante mejor ya contigo -Contestó Adri-

¡Bueno! …pues en marcha al sitio que nos espera, está unas dos horas en coche -aclaró Elena-

¿A qué pueblo vamos? …no sabía que tenías coche ni que conducías -dije-

Está cerca de “Casas de Ebro” un pueblo más grande y referente para compras y cosas así y en cuanto al coche, es mío que me lo regaló mi padre al cambiar el suyo por otro nuevo. Tengo el carnet desde hace un año y medio más o menos.

¡Ya ves! Dani a nuestra Elena no le falta de nada ¿no te parece?

No pude evitar mirarla de arriba abajo y contesté ...pues no, está muy bien y completa de todo. Adri tras reír mi respuesta, dio a entender que estábamos más salidos que un balcón. Elena le miró con cierta pena y condescendencia. Nos dirigimos al parking, metimos nuestras bolsas en el maletero e iniciamos la ruta. Elena conducía, de copiloto Adri y yo atrás percibiendo la cara de Elena por el retrovisor, que conducía sin perder la atención con sus gafas de sol puestas. Adri bajo su parasol, que contenía un espejo y me miró, me dedicó una sonrisa maliciosa que yo le devolví con otra burlona sacándole la lengua.

Al poco rato oigo a Elena decir… Adri, ¡por favor, estoy conduciendo!… al parecer metió su mano bajo su camisa para sobarla un poco…

Sin cortarse giró su cabeza, me miró y me dijo… ¡me encanta la Elena cuando está al volante!... acércate un poco Dani y mírala anda… metí mi cabeza entre los dos asientos delanteros y la observé.

Ves, esas piernas semiarqueadas como, tan dulcemente controlan los pedales y esas manos preciosas que, más que sujetar acarician el volante y la palanca de marchas, pero sobre todo la contestación que me acaba de dar… ¡que estoy conduciendo Adri!, -expresó en tono burlón- ¿no es para comérsela entera?.

 Es verdad Elena, estas muy sexy al volante, me gusta mucho verte y nos estás calentando.

¡Vaya dos! …parece que voy con dos irresponsables niñacos.

Adri, Elena tiene razón, no vaya a ser que tengamos algún accidente.

¡Vaya otro prudente! -contestó medio riendo Adri-, alargó su brazo hacia mí y me agarró el paquete, …pues mira que apetitoso accidente tienes aquí eh…

Elena mirando por el retrovisor contestó con rabia …¡queréis parar ya joder!. Cogí la mano de Adri y la retiré de dónde la tenía, la besé y a continuación le dije, …vamos a hacerle caso Adri, capaz es de dejarnos tirados en la cuneta por ser gamberros niñacos. Elena, que no se perdía una, meneaba la cabeza de un lado a otro para terminar contestando, …si no fuera porque os quiero con locura, no sé que sería capaz de hacer.

Nuestro trayecto jocoso llegó a su fin, hicimos parada en Casas de Ebro, dónde Elena aludía como único pueblo dónde podíamos aprovisionarnos de comida y otras cosas. Hicimos una gran compra.

Nos preparábamos ya para lo mejor, a la casa que nos dirigíamos nos esperaba una gran lujuria llena de, emociones, morbo y sexo desenfrenado, será el tercer relato.

SE AGRADECE VALORACIÓN Y COMENTARIOS CONSTRUCTIVOS -GRACIAS A TODOS-


 RECIBE RELATOS NUEVOS TODOS LOS DÍAS EN TU TELÉFONO, SUSCRÍBETE A NUESTRO CANAL DE TELEGRAM 

📌 EL VERANO EN EL QUE DESCUBRÍ ¿MI BISEXUALIDAD?📌 PARTE 2 📌 EL VERANO EN EL QUE DESCUBRÍ ¿MI BISEXUALIDAD?📌 PARTE 2 Reviewed by xx on junio 12, 2022 Rating: 5

No hay comentarios.

DÉJANOS UN COMENTARIO, VALORA ESTE RELATO