📌 EL VERANO EN EL QUE DESCUBRÍ ¿MI BISEXUALIDAD?📌 PARTE 1
Mis padres me dejaron en el pueblo con mi abuelo con la esperanza de que pudiera recuperar tres asignaturas que me quedaron para septiembre en el bachiller, reconozco que nunca fui un estudiante brillante y menos en cuestión de números. Tenía que superar Matemáticas, Física y Química e Historia Contemporánea, esta última la suspendí por perezoso y dejarlo todo para el último momento. Todo ello sin contar con el mal rollo que tenía tras una discusión antes de estas “vacaciones” con la chica que salía, aunque contaba con la esperanza a mí vuelta de arreglarse ya que, según ella, volveríamos a hablar en cuanto nos volviésemos a ver.
La casa de mi abuelo (no llegué a conocer a mi abuela, aunque ella a mí si) es la típica casona de pueblo de ventanales de madera, persianas enrollables y techos altos dónde, de vez en cuando, se veían salamanquesas que parecían más vigilar mí constancia en el estudio que cualquier insecto distraído. Contaba con una mesa ancha y larga, una silla ergonómica, luz de un moderno flexo y una cama nido, todo ello adquirido en el IKEA, elementos que sin duda contrastaba con el aspecto tan rural de la habitación. Mi abuelo tenía varias fincas de siembra de hortalizas que trabajaba casi de sol a sol y presumía de lo naturales y salubres que eran.
A todo esto, mi nombre es Daniel, tengo 18 años, pelo castaño, ojos marrones y más bien delgado, algo cachas en brazos y pectorales pero sin exagerar, me considero liberal y algo tímido.
Corría el mes de julio de 2013 que por lo que oía en TV fue muy caluroso, pero este pueblo al encontrarse en pleno pirineo y sus casas de muros anchos, era necesaria tener una mantita a mano para dormir. A eso de las seis y media de la tarde, recuerdo que me dolía bastante la cabeza y que los ojos parecían pesar dos kilos cada uno, sentía hasta pinchazos en las sienes… llevaba estudiando desde después de comer sin parar y sin ser consciente del grado de asimilación de estudio que acumulaba. Decidí recostarme un poco en la cama frotándome los ojos con los dedos, así llegué a adormilarme y descansar algo mientras pensaba en esa esperanza de reconciliación con la chica que salía y que tanto me gustaba, de no ser así ya sería me segundo patinazo amoroso. (…)
Algo me sobresaltó… oí como una especie de explosión sorda al mismo tiempo que retumbante, ventanas y cristales vibraron como también mi cama… con los ojos abiertos y desconcertado vi a la salamanquesa en el techo que por fin se había movido, pero sólo con un cambio de posición de 180 grados, lo que me hizo pensar que también se asustaría. Me quedé inquieto un par de minutos, todo parecía normal y empecé a sospechar que se trató de un mal sueño.
Me incorporé con ese malestar propio de las siestas para abrir la ventana y ventilar la habitación, la calle a la que mira, tiene una gran pendiente, lógico en un pueblo de montaña. En pocos instantes pude contemplar tres hombres delante, dos mujeres detrás y algunos niños dispersos bajaban la calle a paso ligero llamándome la atención lo que decían...
…¡vamoooos… estoy seguro de que algo ha pasado.. decía uno de ellos, pues para mí que ha sido en el polígono, decíauna de las mujeres… Esto me puso en alerta y me enfundé mis baqueros y zapatillas deportivas para bajar a la calle. Empecé a caminar cuesta abajo mientras más gente de otras calles perpendiculares a la mía se incorporaban con el mismo ritmo de camino nervioso que los anteriores… Si, si algo pasa, no ha sido un sueño -dije para mis adentros-
La bajada de la calle terminaba en otra más ancha, pude atalayar detrás de unas casas una columna de humo entre negro y blanco que las sobrepasaba. Antes de ellas, en la calle ancha entre casas y casas había un gran hueco que se me antojaba pensar que era fruto de la demolición de alguna antigua casona y que lo habían aprovechado para construir un pequeño parque artesanal infantil, presentaba columpios con los típicos neumáticos a modo de asiento. Me dispuse a atravesar casi a la carrera el parque para acercarme al lugar del incidente, pero una voz me detuvo…
¡¡ Ha sido en el polvorín del pueblo, una explosión!!... Le miré y era un joven sentado en el suelo y apoyado contra una de las paredes que quedaron vistas al parque mientras sostenía en sus rodillas un libro, ¿heridos o algo? -LePregunté-
Respondió apretando los labios y levantando las cejas en señal de que no lo tenía claro, negando con la cabeza. “Ya decían en el pueblo que ese polvorín nos daría un buen susto y que conste que no es el primero”, pero no te preocupes ya están los bomberos con su labor, concluyó diciéndome a la par que otro camión de bomberos pasaba detrás de un coche de la guardia civil.
¡Vaya pues que susto! me dirigía a ver lo que ha pasado... -le dije-
¡Hola! me llamo Adrián, me ofreció su mano desde el suelo la cual yo estreché. Yo Daniel, encantado. Se levantó y me dijo, pues si vas a ir, te acompaño, de todas formas y con el tiempo que ya ha pasado no he visto ninguna ambulancia pasar, sólo bomberos que es buena señal dentro de lo malo claro, pero venga vamos a acercarnos y lo sabremos con seguridad.
Adrián era de trato afable, transmitía seguridad en sí mismo y bastante tranquilo en sus movimientos. Más alto que yo, de piel morena, pelo negro y algo rizado y su sonrisa parecía perenne cuando hablaba. Pese a su altura de nene grande, no creo que pesase más que yo, pues era más delgado e imberbe, y yo quejándome que tenía que coger más musculo. Vestía sudadera con capucha y pantalones grises, lo típico que se utilizan para hacer running y unas deportivas sin calcetines. Nos dispusimos a caminar hacia el lugar del suceso.
¿estás de vacaciones en este pueblo?
-bueno, en realidad no, vengo de Madrid y estoy estudiando en casa de mi abuelo que es de aquí, me quedé sin vacaciones este verano por buen estudiante, ya ves… -Adrián me miró con una sonrisa que parecía la de la Gioconda-.
…Bueno ya verás como consigues aprobar lo que tengas que aprobar, tienes planta de conseguir lo que quieres.
Tras este alago, que vaya por delante no comparto, me di cuenta que me caía bien, en las circunstancias en las que me encontraba, una amistad no me vendría mal dados los prolongados tiempos muertos y aburridos que vengo sufriendo, la cual me reportaría cierta desconexión de los estudios y con más frescura, volverlos a retomar de nuevo. La positividad que Adrián radiaba me indicaba eso mismo.
Por fin llegamos al lugar del incendio, allí se congregaban además de los típicos mirones, al menos una decena de bomberos y otras personas que colaboraban con ellos. El alivio fue que tan sólo tenían que extinguir el fuego, cullas llamas ya no se veían, no había nadie dentro, sólo pérdidas materiales y el polvorín aún humeante destrozado.
---¡¡Adrián… Adrián … pude oír gritar a uno de los colaboradores, se trataba de una persona de aspecto ruda de unos 60 y pico años vestida con momo de faena azul y una gorra con la visera hacia atrás, al parecer era un tío suyo, se acercó a Adrián y le dijo que no había que preocuparse, añadiendo ...espero no te hayas olvidado de lo que esta mañana te dije, ¿fuiste a la ferretería a por unas herramientas que necesito para el fin de semana?
-No tío, pero no te preocupes lo tengo en mente... mira te presento a Daniel le acabo de conocer y estará en el pueblo este verano, ¡Qué pasa chaval, como estás…! Le di la mano y le dije que bien. Al parecer la preocupación del tío de Adrián era una gran nave suya casi anexa al polvorín dónde albergaban uvas para vino y diversa maquinaria, él era uno de los socios de la única cooperativa vinícola del pueblo a la que dedicaba bastante tiempo.
…bueno pues pasado el susto nos vamos ¿no… Adrián?, asentí y me despedí de su tío que de facto se incorporó a la ayuda que estaba prestando. Nos retiramos del lugar caminando en sentido inverso hasta llegar a una calle en la que había una taberna que a su vez era tienda y vivienda, típico negocio en los entornos rurales dónde tienen un poco de todo.
… ¡¡Uff… con tanto follón tengo la boca seca... ¿te apetece tomar un refresco o algo?... te invito
¡Vale, aunque el que debería de invitar soy yo, te prestaste a acompañarme…!
Entramos ypedimos dos botellines de cerveza bien fríos y nos sentamos en una mesa robusta de banca corrida. Adrián me preguntó por mi edad, le dije que 18 … ¿y tú? -le repliqué- para mí sorpresa declaró que tenía 19.
¡pues la verdad es que no lo parece, por tu aspecto pareces hasta menor!.. -dije-
Pues ya ves, …la verdad es que desde que empecé a ser preadolescente había gente que no se daba ni cuenta, pero vamos que tampoco me ha importado nunca… de hecho tu ya pensabas que tenía menos edad que tú… -dijo riendo- devolviéndole por mi parte también otra sonrisa.
-Qué día tienes los exámenes y hasta cuando tienes pensado quedarte aquí estudiando?
Me hacía gracia la forma que tenía de hacer ciertas preguntas, semicerraba el ojo izquierdo y abría aún más el derecho frunciendo su ceño, pareciera que ese ojo hacía el trabajo de los dos, reconozco que me encantaba ese lenguaje calculador no verbal.
-¡a partir del día 3 de septiembre, tengo aún casi dos meses para ponerme las pilas.. espero de tres al menos aprobar dos, pero bueno… ya te dije que no soy… ya sabes!... Dime ¿y a que te dedicas tú?, ¿vives en este pueblo o estás también como yo temporalmente?
-Seguro que sí ya verás, …si vivo aquí con mi tío en una finca fuera del pueblo y estoy estudiando sociología a distancia, he de bajar a Huesca para superar los exámenes cuando toquen, por otro lado, también le ayudo la cooperativa en cuanto papeleos, cuentas etc.., la verdad es que estoy a gusto aquí…
-¿…y tus padres dónde están?... le pregunté.
-En Pavia, - Italia-, una ciudad cercana de Milán, mi madre es de este pueblo pero conoció a mi padre en el Erasmus, es italiano y encontró trabajo allí en temas relativos a las finanzas y al comercio, también mí madre trabaja pero de una forma más discontinua en organización de eventos y cosas así.., de hecho la casa en la que vivo es de ellos en la que también vive el hermano de mi madre, Aurelio al que te he presentado... Seguidamente Adrián sacó su móvil mostrándome una fotografía de sus padres en Italia junto a un rio… parecían felices.
-Entiendo, se les ve bien, tu padre ¿parece más moreno aún que tú, o es la foto?
-Mi padre pese haber nacido en Italia tiene sus raíces más directas en Latinoamérica, gran parte de su familia es de Colombia, otra es chilena…
Eso me hizo ver y entender el aspecto de Adrián, esa mezcla de genes le sentaba bien. Terminamos las cervezas y salimos de la taberna... Adrián me preguntó ¿te apetece venir a mi casa?, está a tan sólo 5 minutos, salvo que tengas prisa claro o no puedas.
Eran ya más de las ocho de la tarde, pero aún era de día, el sol daba visos de ocaso… Debo de ir a casa de mi abuelo, me estará esperando para ayudarle con la cena, seguro que ya estará volviendo de la huerta… ¡Ah vale! dijo Adrián pero déjame que te lleve… se dirigió a una vespino que tenía, yo monté agarrándome a él hasta que llegamos a casa de mi abuelo. Al entrar en casa, mí abuelo aún no había llegado, Adrián observaba la casa a mis espaldas.
-Qué raro que mí abuelo no esté aún aquí, pero bueno no es la primera vez que se retrasa. Subimos a mi habitación …pues aquí ves… me paso horas y horas empollando, ¡que hartazgo de verdad!...
-Todo pasa deprisa, ya verás como consigues aprobar, ya te comenté la impresión que de ti tengo.
-Pero... ¿lo decías en serio?
-Adrián puso su mano sobre mi hombro y me dijo… totalmente, no me gusta bromear y menos con estas cosas, yo también como ya sabes lo sufro. Pero lo bueno de todo es que cuando te encuentras con, al menos un aprobado, te das cuenta que merece la pena seguir… si en vez de eso hay suspensos… te desilusiona y te dan ganas de dejarlo todo, para mí ese es el gran error de muchos, siempre… -golpeaba mi hombro- siempre… hay que seguir y no abandonar ya que lo que haces en realidad es abandonarte a ti mismo, ... poco a poco irás progresando sin darte cuenta y no le darás ni importancia. .
He de reconocer que mientras me decía estas palabras, no dejaba de observar sus ojos marrones de mirada penetrante y llenos de luz y optimismo, así como sus labios, que al tener una boca más bien grande eran alargados y carnosos. Sentí un cosquilleo en el estómago y bajé la mirada sin saber por qué.
Con la mirada hacia el suelo le contesté ..la verdad es que me animas bastante y he de reconocer que desde que te conocí esta tarde - levanté la mirada- me siento fenomenal contigo…
Adrián acercó sus labios sobre los míos y me besó. Para mí fue algo desconcertante, me quedé mudo, no supe reaccionar… pero si lo hizo él. ¡perdón… perdón, me he precipitado, espero no haberte ofendido, pero sinceramente no he podido evitarlo, malditos mis impulsos!
Aunque mis desconcierto y sorpresa fue mayúscula al ser besado por primera por otro chico, no me sentí de todo mal, no me desagradó, pero el estigma social se apoderó de mí y lo primero que supe contestar es que tenía novia, …menuda estupidez.
Me parece bien que tengas novia, no pretendo complicarte la vida y menos que te sientas incómodo, perdona de nuevo.
¿Eres gay?... le pregunté.
-Vaya… ya me has encasillado así por así... y si lo fuera ¿dejarías de hablarme?
-No, por supuesto, perdóname ahora tu a mí, no soy una de esas personas que ponen etiquetas no me gusta…
-A mí tampoco me gusta el etiquetar a nadie, es como poner coto a la infinidad de sentimientos que cualquiera de nosotros pudiéramos tener hacia otra persona, con independencia de su sexo, a mí me gustan “las personas” en letras mayúsculas, aquellas con las que te sientes bien, te gusta su personalidad, aspecto, sinceridad, son un montón de variables que, aunque no lo creas, influye, y es justo lo que me ha pasado contigo. Ahora bien, tengo la suficiente empatía para comprenderte y te reitero disculpas sinceras.
Se oyó abajo que la puerta de casa se abría, ya había llegado mi abuelo, tanto Adrián como yo nos quedamos mirándonos, …Daniel ¿estas en casa? -dijo mi abuelo- al tiempo de colgar ruidosamente las llaves… si abuelo estoy en mi habitación con un amigo que he conocido… ¡eso está bien pero no descuides ya sabes qué…! -aludiendo a mis estudios-
Me quedé observando a Adrián no pudiendo evitar darle un abrazo y a la par decirle casi en su oído… -Francamente sí, quiero ser tu amigo-
Bajamos las escaleras y le presenté a mi abuelo el cual le preguntó de quién era hijo ya que decía sonarle algo su cara… vivo con mi tío Aurelio a las afueras del pueblo, mis padres no residen aquí… ah... Aurelio el de los vinos de la cooperativa, buen tipo, dale recuerdos de parte de Balbi, -el de los tomates- así creo que me recuerda… Así lo haré, apostilló despidiéndose. Le acompañé hasta su moto y mientras la disponía para arrancarla, me dijo…
¡Bueno Amigo, nos vemos…! a lo que le respondí que seguro que sí.
Tras la cena, me fui a dormir con la intriga de que Adrián se despidió de mí como “amigo” sin utilizar, diría que a posta, mi nombre... quizás esté enojado o quizás no, por otro lado, no dejaba de pensar en el beso, le daba mil vueltas, pero me autoconvencí de quitarle importancia. Además, con todo lo que tengo que estudiar no puedo permitirme perderme en los laureles.
Al día siguiente, el ruido de izada de la persiana de mi habitación me despertó, era mi abuelo… ¡venga nieto que ya son las siete de la mañana…, abajo he dejado café y tostadas con tomate, espero aproveches bien hoy tú estudio. Yo me voy a la huerta que la tengo manga por hombro…
¡Gracias abuelo, que te cunda y no trabajes demasiado!
Tras desayunar, me puse a estudiar a eso de las ocho de la mañana, estuve hasta cerca de la una de la tarde sin parar, de vez en cuando me venía a la cabeza el tema del beso, pero conseguía volver a concentrarme. Me di cuenta en el desayuno que faltaba leche, se estaba agotando la que mi abuelo compró, decididamente, ya un poco cansado del estudio, me puse mis vaqueros, camiseta y zapatillas y me dirigí al centro del pueblo a comprarla.
Cruzaba la Plaza Mayor, donde también se ubica el ayuntamiento, aparte de diversas tiendas alrededor y unas cuantas mesas diseminadas de bares con algunas personas disfrutando del sol que este día nos regalaba. Me dirigía a la tienda cruzando la plaza cuando algo me alertó...
¡Dani... Dani…! Era Adrián desde una de las mesas con su mano alzada llamando mi atención. Me aproximé, pero no estaba solo, a su lado había una chica que conforme me acercaba no apartaba la vista de mí, al llegar ambos se pusieron en pie. ¡Hola Adrián, me alegro de verte!... le dije.
Yo también me alegro, …mira esta es una gran amiga mía, se llama Elena es de este pueblo pero ya hace un tiempo que se fueron a vivir a Zaragoza, aunque todos los veranos, si puede, viene.
¡Hola Elena encantado de conocerte!
-Ya le he dicho a Elena que nos conocimos ayer con el tema del incendio, del cual estábamos ahora hablando…
-Encantada de conocerte Daniel, si como dice Adri, vaya susto ¿no? -asentí-
-Venga no te cortes, toma silla y siéntate un ratito con nosotros… me dijo Adrián.
- Bueno iba a ir a por leche…
-No te preocupes esa tienda no la cierran hasta tarde, ni siquiera para comer. Apuntó Adrián.
-Bueno tomaré una cerveza, a ver si me despejo, tengo la cabeza que me estalla de tanto empolle.
Observé a Elena mientras tomaba un trago de coca-cola zero, morena con pelo liso que rozaba sus hombros, nariz achatada y piel blanquecina. Sus ojos apenas podía verlos, sus gafas de sol reflejaban todo el entorno, vestía chaqueta y pantalón vaqueros y una blusa blanca en la que caía una cadenita desde su cuello y que terminaba con una figura que no supe distinguir. La percibía más bien delgadita, no demasiado alta, cruzaba sus piernas mostrando unas deportivas blancas que casi no llegaban al suelo y unos calcetines rosas. En ese momento retiré la vista al acercarse el camarero, Adrián me pidió una cerveza y otra para él, Elena dio a entender que ya estaba servida. Perdonad he de ir al lavabo… Dijo Adrián.
Por unos minutos nos quedamos solos Elena y yo,
…intuyo que has debido de caerle muy ben a Adri, es una persona muy selectiva, reservada y de no muchos amigos. -Esas palabras me dejaron pensativo-.
Veo que le debes de conocer muy bien…
¡Bastante bien!... nos conocemos prácticamente desde la infancia, sus padres son muy amigos de los míos, aunque ya no están aquí, fuimos al mismo colegio y a diario jugábamos, estudiábamos y compartíamos muchas cosas y experiencias juntos, y eso que le saco cuatro años más, pero siempre le vi por encima de su edad, más que un amigo para mí es como si fuera un hermano. -me dijo en tono serio y nostálgico-
Tu intuición la creo acertada, a mí también me cayó bien… y eso que le conocí ayer, parece ser una persona sin complejos y con las ideas bastante claras.
Lo es, pero cuando se encabezona con alguna idea o cosa, hay que echarle de comer a parte, a veces su seguridad en sí mismo y superego le inhibe de su entorno, pero te das cuenta que al final siempre sabe disculparse o incluso compensarte… mantuvimos una relación juntos que duró algo más de dos años... pero ya pertenece al pasado, la confianza, lealtad y amistad que tenemos es el presente y que espero perdure.
Esas palabras de Elena parecían ser sinceras y entrañables, no pude evitar preguntarle… entonces Elena durante ese tiempo de relación ¿que… ()
No pude terminar la pregunta, en ese instante llegó Adrián y con un juego, diría malabar, alzó la silla metálica y dándole dos vueltas en el aire se sentó. …bueno pareja hace un día precioso como para desperdiciarlo, os invito a comer en mi casa podríamos hacer una barbacoa o lo que queráis… ¡no sé Dani si… puedes claro!
La verdad es que por no apetecerme no es, debo seguir estudiando me fio muy poco de mí y del progreso que creo llevar.
Elena me preguntó por las asignaturas que tenía pendientes, se las dije...
Física y Química a mí me parecen preciosas y matemáticas, no se me dio del todo mal -dijo Elena-
…¡Pues ya está! -exclamó Adrián- Dani recoge el material necesario de tu casa y aquello que no entiendas o no sepas resolver seguro que Elena te ayudará… mientras yo me dedico a hacer algo rico para comer… ¿no te importa no Elena…?
¡Claro que no!
¡Dani, te animas!... -
¡Hecho…! -Contesté anímicamente-
Fui a casa y recogí lo necesario, tras ello nos desplazamos a la casa de Adrián, fue gracioso vernos a los tres montados en una “vespino” camino a su casa, Elena en medio y yo detrás… que temeridad. Cuando llegamos en poco más de cinco minutos, me quedé impresionado de la finca, era más grande de lo que imaginaba, muchos árboles cuya formación lineal parecían indicarnos que la casa está al fondo, la cual era de granito y de techo negro pizarra, cerca un pozo con cuerda y cubo y un aljibe que perfectamente podría hacer funciones de piscina. Al lado, una caseta canadiense de madera, que imaginé para la guarda de herramientas y otros enseres. La entrada a la casa la precedía un gran porche muy decorado que contenía un sofá, dos butacas y mesa de mimbre. Todo rodeado por multitud de plantas y macetas cuyo variado colorido, conseguía una decoración muy apaciguada. En el entorno de la parcela, se hallaban tumbadas una multitud de cántaros de barro que hacía presumir el oficio de su tío…
Entramos a la casa y por mí nariz se colaba ese característico olor a leña quemada envuelto por cierta relativa humedad, aun estando en verano la temperatura de la casa diría que se encontraba a unos cuantos grados menos con respecto al exterior, sus gruesos muros pueden reemplazaban a cualquier aparato de aire.
Adrián subió persianas y la luz del día se convirtió en un invitado más. Un pasillo que a su derecha daba paso a un gran salón-comedor en el que llamaba la atención su chimenea, construida en ladrillo rojo y cuya campana a juego en blanco como las paredes, pese a dispersos restos de hollín disimulados por una gran cantidad de platos de porcelana decorativos. A un lado una gran mesa rustica de madera robusta para doce comensales, doce sillas cuyos respaldos se erguían por encima de tu cabeza sentado. Sobre ella tres grandes candelabros sin velas que reposaban en un gran tapiz negro con dibujos de carácter bélico de la época medieval, colecciones de ceniceros para todos los gustos, piedras preciosas mineras y otros objetos que parecían proceder de diferentes souvenirs. Al otro lado un sofá en el que podían sentarse de forma cómoda media docena de personas, un sillón a juego y una mecedora bastante antigua. Frente a ello, una gran pantalla de televisión plana.
A la izquierda del pasillo arrancaba una gran escalera, ancha y recta cuyo final no lograba ver por su oscuridad. Al fondo una habitación, un baño y la cocina. Elena estaba susurrando con Adrián como en plan secreto, ya sin gafas por lo que pude contemplar su cara entera. Me acerqué a ellos y le dije a Adrián …vaya lujazo de casa Adri… grande, acogedora y una decoración tanto fuera como aquí adentro de muy buen gusto...
Gracias Dani, me alegro que te agrade, normalmente procuro que lo más acogedor que en esta casa sean las personas que la visitan… Elena y yo nos miramos con sonrisa ante tal cortesía, en ese momento pude observar su mirada, sus ojos eran negros azabache cuyo iris algo dilatado emitían tal brillo de luz que caló en todo mí ser. No pude aguantar la vista más que unos cuantos segundos para desviarla al techo, donde debajo de nosotros colgaba una gran lámpara de hierro forjado no libre de algunas telarañas y muchas luces “tipo vela” cuyo soporte imitaban a cirios en espiral.
Bueno, al tajo -Dijo Adrián- me pongo a preparar algo para matar el hambre… ¿os apetece unos choricitos, panceta y verduritas a la barbacoa?, tengo unos espárragos silvestres que quitan el hipo…
Pues… ¡por nosotros bien!, dijo Elena al percibir mi asentimiento.
Pues Dani, con tu material de estudio id ambos a la habitación que hay junto al baño y os ponéis a la tarea, seguro estoy que Elena de echará un cable en tus estudios… yo mientras prepararé unas buenas ascuas…. ah si os apetece en el frigo hay cervezas y refrescos… lo que queráis.
Nos dirigimos hacia dicha habitación y al abrir la puerta estaba oscura, encendimos la luz para subir la persiana. Había una mesa escritorio junto a un armario, al lado de la puerta una cama individual custodiada por una mesilla de noche con lamparita de tulipa y en paredes, a parte de un calendario, variadas fotos enmarcadas que deberían ser familiares o allegados de Adrián, muchas en color, otras en blanco y negro. Elena se quitó la chaqueta vaquera y la arrojó sobre la cama y mientras se arremangaba los puños de su camisa blanca, ya pude ver con balanceo ese adorno en su cadena, una cruz de San Andrés con bordes algo raros que golpeaba en sus pechos no muy grandes pero parecían firmes, no sé si llevaba sostén o no, pero si se le notaban unos pezoncitos puntiagudos y un canalillo que madre mía… menuda, delgadita pero bien proporcionada, he de admitir que, aunque no es la chica más guapa que haya conocido, su carita tan atractiva, su cuerpo y nalgas respingonas y sobre todo su incisiva mirada, me producía un vértigo singular, … la verdad es que estaba buenísima.
Bueno hemos venido a hacer deberes ¿no? -creo que se percató de mis miradas- si claro respondí -entrecortado-
Había una segunda silla además de la del escritorio que la acerque para ella, nos sentamos.
Buenos Dani, por dónde empezamos ¿Física-Química o Mates?..
Pues casi prefiero Física, las lecciones hasta la quinta creo dominarlas, pero a partir de la sexta y séptima me encuentro en un caos de entendimiento y comprensión que me impiden avanzar.
A ver el libro… Elena empezó a mirar el índice arrastrando sobre el papel su dedo, hilando y recordando cada lección y tema, hasta que se detuvo un ratito en las lecciones objeto de mi caos y de forma casi convulsiva y rápida fue paginando el libro con gran precisión de sus dedos y uñas, sin pintar pero perfectamente arregladas y simétricas, empezó a leerse la lección sexta con cierta velocidad hasta llegar de la misma forma a la séptima.
…emm… creo recordarlo todo prácticamente, ¿con que tema de atascas?
A partir de aquí, tenemos dos fórmulas que, resolviendo su resultado lo debes aplicar a otra tercera que tiene que ver con la estabilidad de sustancias que hay que conseguir en ciertos elementos según tabla de equivalencias y de equilibrios …no soy capaz de conseguir los porcentajes correctos como la solución final, -respondí-
Me sorprendió de Elena no sólo su gran capacidad pedagógica sino también su grado de empatía, podía notar en ella que conceptos lograba asimilar y cuáles no o me costaba más. A diferencia de Adrián, ella era más atronada en sus movimientos y más dinámica en sus miradas y su hacer, me llamó la atención que continuaba escribiendo al mismo tiempo que me miraba.
En ocasiones para cerciorarse que asimilaba, me daba palmaditas con su mano sobre la mía e incluso la dejaba reposar, ello me provocaba un hormigueo de bienestar que lo quería para siempre. Pero ante todo esos ojos tan negros como brillantes que penetraban en mí como un rayo láser, un atractivo surco nasolabial junto a un pequeño hoyito en su mentón, todo ello unido a su forma de ser, me envolvía en un enamoramiento ciego y, digo ciego, ya que soy consciente que sé poco de ella.
Tras algo más de hora y media de clase, ella me dijo que podríamos continuar después de comer si es que quería.
Bueno Elena de agradezco mucho esta ayuda, me está siendo muy útil…
De nada hombre… no me importa hablar y enseñar algo que me gusta… -dijo alegre- por cierto, cuando estábamos en la terraza me ibas a preguntar algo, vino Adri y te cortaste ….¿qué era?
Pues espero no meterme dónde no me llaman, pero te iba a preguntar que desencadenó que dejarais de ser novios o pareja… ¡ya em entiendes!
Me miró con cara de cómplice y contestó, no fue culpa de él, tampoco mía, fue algo mutuo, comprendimos que en muchos momentos discontinuos estábamos muy bien juntos, pero la perpetua relación nos hizo tener varios desencuentros, la continuidad en una relación influyen muchos aspectos más como es obvio.
Pero… ¿te sigue gustando él?
…he de reconocer que sí, Adrián es una persona muy especial, demasiado especial diría yo…, apasionado, buen amante, detallista y muy sencillo o modesto, por ello creo que ahora la situación es mejor que antes… cuando nos vemos es como si volviéramos a enamorarnos de nuevo y cuando nos despedimos, sin que suene a egoísmo, no vamos con lo mejor de ambos.
Entonces… ¿no parecéis creer en la pareja eterna? -deje con cierta curiosidad-
¡Claro!, una pareja o matrimonio en constante convivencia, es una simbiosis de sentimientos, nosotros hacemos lo que queremos, cuando queremos y dónde queremos, desplazando ese compromiso obligado como algo incómodo, decidimos libremente cuando deben de existir esas intersecciones entre su vida y la mía… eso nos da vida y fortalece, seguimos siendo nosotros mismos-
Una decisión entre ambos que me parece muy pragmática… -dije-
Así es, y ese pragmatismo está durando más del doble de tiempo que el otro más serio que en su día nos planteamos, pero pese a ello, nuestros sentimientos, el uno por el otro, son puros y sinceros, el mío se mantiene, espero que el de él también perdure…
No pude contenerme y le dije algo sincero y sencillo, ¡pues cómo no! eres una chica interesante, inteligente, educada y de conversación agradable y sobre todo muy… muy… guapa. Me miró fijamente y al apartar la mirada se levantó sonriendo. Era obvio que ella sabía que me gustaba y se lo hice ver, este juego reportaba un morbo especial al contexto que vivía.
Nos fuimos a comer y Adrián en el porche ya tenía preparada una mesa para los tres muy bien presentada, con varios platos ya finalizados de manjares rescatados de la barbacoa. La verdad es que Adrián se pasó, preparó comida para al menos otros tres más. Tras ponernos hasta arriba, desalojamos la mesa, retirando de ella lo que cado uno de nosotros podía llevar en las manos a la cocina. Entramos al salón y reposamos un ratito en el sofá.
Bueno… gracias Adri por la opípora comida, voy a terminar de recoger la cocina… -apuntó Elena-
De eso nada, -exclamé- …me habéis invitado a comer y vaya comida, Elena me ha ayudado en mis estudios, así que os corresponde descansar a vosotros, yo me ocupo.
Me puse a la faena recogiendo y preparando un lavaplatos, caí en cuenta que aún quedarían cosas en el porche por retirar, me dirigí hacia el y al pasar por el salón con el rabillo del ojo vi a Elena y Adrián que se estaban besando, hice como si no hubiera visto nada, pero cuando llegué al porche el corazón me latía más deprisa quizás por rabia contenida. Mientras retiraba cosas de la mesa algo em vino a la cabeza -es curioso que unos labios que me besaron a mí estén ahora besando otros que deseo con locura-
Quizás estéis pensando que eran puros celos, no, no es eso lo que sentía, era otra cosa más extraña, he de admitir que lo que vi no me desagradó, que de alguna forma me gustaría ser partícipe de ello. Otra vez me vino la misma sensación, cuando Adrián me besó, agrado y confusión, que narices me estaba pasando.
Siempre oí eso de que nadie es 100% hetero, que en nuestros cerebros subyace parte de bisexualidad y que por motivos puramente sociales, educativos, coyunturales y estigmáticos, entre más variables, aprendemos a diferenciar lo correcto de lo incorrecto, los socialmente bien visto de lo que no lo es, en definitiva de lo que es bueno o malo, lo que nos hace declinamos hacia una opción u otra, raramente nos quedamos en medio porque nuestra consciencia pasó de largo ¿Habría despertado en mí ese aspecto Bi en Adrián?...
Posiblemente sí, pero también es posible que me esté comiendo mucho el tarro, dejé de pensar y procedí a terminar con la labor que comencé. Tras ello, de forma decidida entré al salón y seguían en el sofá, Elena reposaba su cabeza sobre el hombro de Adrián, tenían la televisión puesta a muy poco volumen.
¡Bueno pareja!, misión cumplida, todo recogido y en perfecto estado de revista… -dije irónicamente- ¿Qué estáis viendo?
La verdad es que miramos más que vemos, nada en especial -dijo Elena-
Ambos se quedaron mirándome unos cuantos segundos en silencio que se me hicieron eternos. Hasta que Adrián se incorporó, cruzó las piernas sujetándose con un brazo al respaldo de sofá y me preguntó…
Dani ¿te puedo hacer una pregunta?
¿Claro que sí…?
Pero debes ser sincero en tu respuesta.
Adelante…. -dije, ante tanto misterio-
Sé o intuyo que te gusta Elena, ¿es así…?
¿Y… esa… pregunta, a que viene…? -balbuceé-
¡Vamos Dani, no te hagas el tímido! …crees que no me he percatado de tus constantes miradas hacia ella y de tu estado seminervioso cuando ella se dirige a ti o al revés…
Ehmmmm, -carraspeé, no sabía que responder- …bueno, ella es una chica que es difícil que no guste… -la miré en ese instante- es muy guapa y agradable, eso se lo he dicho tras terminar la clase, tiene atributos y virtudes que más quisiera para mí…
Pues a mí me pareces muy “mono” tu sencillez y timidez delatan tu carácter introvertido, pero al mismo tiempo siento un halo de pasión que impregnas casi sin darte cuenta. -Contestó Elena con bastante seguridad en su tono-
Mi mirada pensativa se detuvo en ella unos segundos y mirando a los dos dije …Tengo la sensación de que como si os conociera de toda la vida... hacéis pareja y estoy contentísimo de haber tenido la suerte de conoceros… -exclamé-
Haber Dani, cierra los ojos y nos los abras hasta que te diga... -me ordenó Elena-
Lo hice y tras tres o cuatro segundos me sobresaltó el sentir que sus labios, que tanto deseaba, rozaban los míos, he de decir que fue maravilloso, aunque la sorpresa produjo la apertura de mis ojos.
¡No vale, te he dicho que no los abras! …te has perdido lo mejor del beso tonto.
¡Vaaaaya!… -dije en tono resignado que tuvieron que notar-
Bueeeno… veeenga lo hacemos otra vez…
Cerré los ojos y ahora no estaba dispuesto a perderme lo mejor. Los labios volvieron a acercarse a mí, suaves, tiernos y carnosos, se retiraban y volvían, y así unas cuantas veces. Noté que se estaban humedeciendo y que recorrían los míos con la intención de hacérmelos abrir y sentir nuestros dientes y lengua… pero algo sucedió…
Abrí los ojos y era Adrián el que me estaba besando, ya que noté unos labios más anchos y largos que los de Elena. Adrián quedó paralizado con mirada temerosa de recibir una reprimenda por mí parte, pero sólo supe contestar…
¡Adri, eres tú…! -Elena se echó a reír como una descosida-
Espero que te haya gustado algo más que el primero que recibiste. Esta respuesta me dejó perplejo ya que procedía de Elena, Adrián le contaría lo que en mi casa sucedió.
Ambos se quedaron mirándome, y ambas miradas me gustaban, mí vientre parecía una lavadora en centrifugado ante una situación tan atípica como erótica. Miré a Elena, la lectura que percibí en sus ojos era clara, -ahora va de verdad- se acercó y me besó como jamás nadie lo había hecho. Nuestras bocas y lenguas jugosas se entrelazaron en auténtica lujuria. Recorrí su nariz, ojos, frente y cabello, bajé a su lindo cuello besando y saboreándolo todo centímetro a centímetro.
Adrián observaba -como ve un niño un caramelo-, no me corté me acerqué a él e hice lo propio de la misma forma que a Elena, no era tan suave su piel pero Adri me caía muy bien y me gustaba, sus labios y lengua me hicieron sentir un placer diferente que jamás había conocido, todos los complejos que pudiera tener o tuve, los olvidé por completo.
A todo esto, mientras me ocupaba de Adrián, sentí a Elena acercarse uniendo su boca a las nuestras. ¡Madre mía!... teníamos entrelazadas tres lenguas que parecía una lucha de espadines, la mezcla de salivas era tan abundante que resbalaba por nuestras caras y mentones.
Estaba claro que los tres nos encontrábamos en una situación éxtasis descontrolada, fuera de sí mismos. Me puse detrás de Elena y empecé a lamer y besar su cuello empezando desde sus orejas mientras con mis manos, por dentro de su chaqueta vaquera, agarraba y sentía sus pechitos firmes cuya camiseta delataban unos pezones erguidos y duros. Mientras Adrián la besaba en la boca como si ni hubiera un mañana. Elena echó hacia atrás su cintura y su culito tocaba de lleno mí sexo, tuvo que notar ya mí empalme, ni yo mismo era consciente de ello.
Pude observar cómo Elena frotaba con una mano el paquete de Adrián y con la otra el mío mientras jaleaba comiéndose las bocas de los dos. Yo aproveche y baje la mano hacia su pantalón, empecé a acariciar lo que bajo la tela escondía, su monte de venus y coñito, creo que lo noté caliente o quizás mi temperatura hiciera que mi mano estuviera ardiendo, cosa nada extraña en esas circunstancias. Sentí sus labios vaginales, pero no pude meter la mano por lo ajustado que tenía el pantalón… entonces Elena nos paró en brusco.
Bueno… bueno chicos, ¡Qué coño hacemos vestidos y a cien por hora…!
Tienes razón Elena, ¿vamos arriba y estaremos más cómodos, -dijo Adrián-
Me miraron esperando mi asentimiento, todo lo que me estaba sucediendo parecía un sueño del que no quería despertar. Subimos las escaleras y en la planta superior entramos a un dormitorio que, aparte de ser grande, tenía una cama de 2x2 cuya cabecera y pies eran de hierro forjado decorados por una esfera doradas en sus terminaciones. Contaba con un baño dentro del dormitorio, las cortinas rojizas de éste, de techo a suelo anunciaban el atardecer.
Elena empojó a Adrián a la cama el cual quedó tendido boca arriba con las manos bajo su cabeza. Empezó a bajar su pantalón de chándal, no sin antes acariciar su erección muy evidente. Con la rapidez que la caracteriza, me cogió la mano y me la besó y seguidamente la clocó en el paquete erecto de Adrián.
¿lo sientes Dani? Sí... -contesté-
¡Y que te parece!
Me parece que es más grande que la mía… -En realidad lo que verdaderamente sentía era algo diferente y extraño, al mismo tiempo que agradable, alcé la vista a la cara de Adri me gustaba-
¡Joder como estáis los tíos con el tamaño!, ni por asomo buscaré ningún metro para medir vuestras pollas. -Adrián soltó una risa sarcástica-
Elena desabrochó su pantalón y lo bajó, Adri tenía unos boxer slip de color azul con bordes blancos que parecían romperse por la tremenda la erección que tenía. Elena se quitó la chaqueta y su pantalón vaquero, quedándose en camiseta y braguitas blancas con motivos rosados. A través de ellas, podía apreciar su culito cuyas nalgas no eran grandes pero bien firmes y proporcionadas. Prosiguió bajándole los boxer lo suficiente para dejar al aire su polla, la agarro y estuvo pajeándole un ratito. Pude contemplar que efectivamente, la pija de Adri es más larga que la mía aunque destacaba su prepucio del resto que era como el doble de grueso. Esa escena me estaba poniendo a mil por hora. Elena se introdujo la polla de Adrián en la boca y se la chupaba despacio pero con gozo sublime mientras Adri intensificaba su respiración. Se la sacó de la boca y me dijo…
Siéntate aquí a mi lado, me apetece un montón que la chupemos a dos bocas…
Nunca había hecho nada así pero era tal el grado de excitación que sentía que obedecí, entendiendo que llegaría después algo mejor. Le quitó el slip por completo y todo su sexo quedó al aire, ella seguía lamiendo su pene y yo empecé por tocar sus huevos muy redonditos y depilados, podría caber un tercero pues su escroto era suelto y holgado. Venga anímate y chúpalas.
Acerqué primero mi nariz a ellas, es curioso aunque sea obvio, desprendían un olor similar a cuando me tocaba las mías y con la palma de mi mano obtenía ese olor, siempre he tenido el sueño de la autofelación -si ciertos animales llegan sin problemas a ese sitio, ¿por qué nosotros no?- de hecho pienso que si fuera así de fácil, manos y boca serían herramientas seguras en nuestras cotidianas pajas, incluso para los que presumen de muy heteros.
Empecé a pasar la lengua por un huevo alternando con otro, su escroto era muy muy suave y agradable, debajo su pireo que terminaba en su ano, esa zona olía más a jabón -chico limpio pensé- subí hacia su pene saboreando la saliva de Elena que ahí reposaba hasta que nuestras bocas y lenguas nuevamente se encontraron con el pito de Adrián en medio…
…Qué ¿te gusta Dani? me encanta… -le contesté-
Terminamos comiéndonos nuestras lenguas con el capullo de Adrián en medio, el cual ya empezaba a emanar ciertas gotas preseminales, Adri dio un respingo y dijo …ya no aguanto más, si seguís así me voy a correr, quiero yo también seguir pasándolo bien…
Adrián tenía ganas de mí, me desabrochó el cinturón y botones de mi pantalón y me quitó los vaqueros enérgicamente, hizo lo mismo con mis calzoncillos. Mi polla estaba más tiesa que una vela, yo tumbado bocarriba seguí besando a Elena, mientras percibía que Adri recorría con su lengua, de arriba abajo y de abajo a arriba, toda la superficie de mi polla y mis huevos. Por la respiración se le oía muy excitado, Uff… Dani que polla más preciosa tienes y que ganas tenía de tenerla para mí…
Continuó con muchos besos en mi sexo, me agarró los huevos con fuerza y empezó a meterse mi polla en su boca con un vaivén estrepitoso, …que rica y que bonita es, menos larga que la mía pero más gruesa, lo que me permite que barbilla y nariz lleguen a tus huevos. -Esto si cabe me puso aún más cañón por difícil que parezca- Elena también le oyó y me digo …¡yo también quiero probar eso que tienes!, ahora me estaban haciendo a mí lo mismo que le hicimos a él, nunca había sentido dos bocas (ni siquiera una) con tanta saciedad saboreando mi nabo, las sensaciones, ruidos, olores y la visión de dos cabezas en torno a mi sexo moviéndose, diría que de forma casi sincronizada, me hacía sentir estar en el paraíso.
Vi a Elena aún con las braguitas y la camiseta puestas, tenía ganas de ella, yo tenía las piernas abiertas y entre ellas estaba Adri dueño de mi polla, pedí a Elena que se tumbara sobre mí en plan 69, se quitó las braguitas y se sentó en mi tórax inclinándose hacia dónde estaba Adrián, pude contemplar su culito y espectacular rajita de la que emanaba bastantes jugos. Puse mis dos manos en sus glúteos e hice el típico juego de masajeo circular, me puso a tope el ver como tanto su anito como coñito se abrían y cerraban al ritmo del masaje, sus movimientos parecían hablarme, …por favor cómeme, cómeme. Y eso es lo que quería, meter toda mi cabeza en ese lugar y saborear, bajé y pude contemplar el sexo de Elena, no demasiado grande pero con unos labios vaginales, tato externos como internos preciosos, los externos, rugosos de color café con leche, los internos rosáceos y arriba un clítoris que parecía la guinda del pastel, daba continuidad a un pubis depilado y arregladito, manteniendo una línea de vello púbico delicadamente cuidada.
Mi nariz se acercó al manjar empapado de Elena, el olor que sus jugos emanaban junto a las estimulaciones que mi pene recibía, casi hizo correrme de placer, tuve que contenerme y decirles que frenasen un poco. Empecé con mi lengua a, literalmente, recoger, saborear y tragar aquellos jugos. Tras ello y sujetando sus nalgas introduje todo lo que pude mi lengua en su coño, moviéndola sin parar y en todos los sentidos. Oía a Elena gemir y decir si... si.. si… mientras la comía, quise introducir mi dedo en su estrecho y precioso ano mientras que con el dedo pulgar tocaba y circundaba su clítoris, del resto se encargaba mi lengua y labios.
Mientras chupaba, a veces le daba mordisquitos flojos con mis dientes y otros más fuertes con labios, tras poco tiempo oí a Elena lanzar lotes de gritos de placer, su respiración era tan intensa que sus palabras me eran imposibles de codificar. Había tenido un buen orgasmo. Pero yo estaba como loco por follármela, nos incorporamos los tres, Elena aún con respiración rápida me ofreció un condón y se tumbó en la cama bocarriba, me puse encima de ella y se me antojó hacerla sufrir un poquitín, paseé un ratito mi polla erecta por toda su vulva sin llegar a penetrarla, mientras los besos eran cada vez más y más profundos. Pero llegó un momento que en tono desesperada gritó, …¡por favor, fóllaaameeee yaaa, te lo suplico!
Y Así lo hice, la penetración fácil por la gran lubricación que Elena tenía, empezamos despacio, pero fue aumentando el ritmo hasta llegar al más salvaje. Me sentía dentro de ella, mi sensación de amor era descomunal y mi lujuria estaba descarrilada. Cambiamos de postura, me decía Elena que le gustaba la del perrito, se puso a cuatro patas, todos sus encantos se veían bien, la sujeté por la cintura y de un solo golpe mi polla entró en medio segundo, así estuvimos un rato, los jadeos de Elena eran cada vez más pronunciados…
Llegó un momento que algo me sorprendió, vi a Adrián que estaba debajo de Elena, con su mano masajeaba mis bolas mientras con su lengua chupaba su clítoris a la par que yo la penetraba… ¡joder que escena más potente! -pensé- Adrián agarró mi rabo y lo sacó del coño para chuparlo, -me encantan los rabos a la Almeja… -dijo- …¡que tonto eres! - dijo Elena con respiración fuerte-
Tras ello, Adrián volvió a colocar mi polla en su coñito, frotándola en el mismo hasta forzar su entrada. Adrián se echó a un lado y mientras se masturbaba, contemplaba con hambruna lo que estaba viendo. Yo estaba que no podía más… a punto de estallar, Elena ya había tenido varios orgasmos, de repente noto que Adrián me empieza a sobar mi culo, introduciendo medio dedo que chupaba tras sacarlo, noto como su lengua paseaba por mi agujero y sus labios me lo besaban, de forma frenética me lo estaba chupando y saboreando... esto me puso ya como un cohete… mientras veía y oía los golpeteos en los glúteos de Elena por las embestidas. Después noté como Adrián frotaba su picha alrededor de mi ano, giré la cabeza y con gesto negativo le di a entender que para un anal no estaba preparado ni me gustaba, él con cierta resignación respetó mi mensaje y cambió para ponerse delante de Elena metiendo su polla en la boca que entraba y salía al mismo ritmo de nuestras embestidas.
De repente Elena paró y se incorporó en medio de nosotros dos, miró nuestros pitos tiesos y sin rodeos dijo… Dani tu polla es anchita pero no larga con un capullo puntiagudo y más estrecho, lo contrario que Adri, que la tiene larga, finita y con capullazo... ¡ja! …esas dos pollas caben en mí coño y quiero sentirlas a la vez. Estaba claro que Elena sabía lo que quería en cada momento, enfundó otro condón a Adrián y nos dijo... tumbaros y juntad vuestras pollas como si fuera una. Así lo hicimos, nuestras pijas juntas en paralelo y nuestros cuatro huevos aprisionados entre sí, Elena se abrió de piernas y en cuclillas agarró ambas pollas y poco a poco las fue introduciendo hasta que entraron enteras. Nosotros poco nos podíamos mover, sin embargo, ella con dos palos de carne dentro empezó a cabalgar como la mejor jinete posible, tuve la suerte de tenerla de espaldas, por lo que además de ver como entraban y salían las dos pollas, me encantaba ver las contracciones continuas de su ano, delataban la plenitud de su gozo. Cómo me gusta …ah, …ah, os siento a los dos, que bien sentirse llena de dos chicos que están buenísimos… ¡¡os amOOOoooo….!! En ese momento Elena estalló en más jugos y gritos, podía ver como su sudor resbalaba por su cuello, creo que en ese momento era la mujer más feliz del mundo.
Nosotros no éramos menos, tras la gran supercorrida que Elena disfrutó, nos quitamos los condones y viéndola tendida en la cama con su coñito abierto, nos empezamos a pajear sin parar de mirar esa maravilla que ella poseía, yo fui el primero en correrme, me brotaron chorros y chorros de semen como jamás había visto y quise repartirlos en todo ese saciado chochito, sin haber terminado mi corrida, lo mismo le sucedió a Adri, nuestros espermas se mezclaron en el mismo sitio aunque parte llegó a alcanzar su pecho y cara, mientras Elena no dejaba de introducir sus dedos en su saciado coño impregnado de sus jugos y de los nuestros, Adri no pudo evitar acercar su boca al coñito y empezar a lamer y comer todo lo que ahí había.
El vicio se apoderó de mí y me uní a tal tarea, fuimos recorriendo el cuerpo de Elena en la búsqueda de más restos hasta que nos encontramos con su boca, nuestras tres bocas y lenguas volvieron a unirse compartiendo todo ese manjar, yacía en ellas el sabor a sexo de los tres, un auténtico cóctel de dioses. Mi polla seguía erecta la de Adrián ya morcillona y nuestros corazones trataban de latir ya más despacio al tiempo que nuestras respiraciones empezaban a sosegarse.
Con el sabor aún en la garganta de puro sexo, nos tendimos rendidos en la cama mirando al infinito impregnados de nuestras salivas y pegajosos jugos. Tras una tregua de relax no pude evitar decir, ¡joder en mi vida me había corrido tanto, nunca me vi echar tanta leche!... Ellos rieron ante tal comentario mientras giré la cabeza para mirarlos.
A ver, cuantas situaciones parecidas a esta has tenido… me preguntó Adrián. ¿contando ésta…? -añadí- pues claro, tras meditar contesté …solo una. Adrián soltó una carcajada y Elena se acercó y me dijo, Dani como me alegro de haberte conocido, eres supermajo… -y me dio un beso- Yo también a ti Elena, o mejor dicho, me alegro de haberos conocido a los dos.
La verdad es que somos un trio de la ostia… -dijo Adrián-
En ese contexto, no quería dejar en el aire nada, así que le pregunté a Elena, …y tu Elena ¿has tenido experiencia con alguna mujer?
Reconozco que me pone mucho ver a dos tíos montándoselo, más aún cuando encima te gustan, si, si tuve una relación con otra chica, pero eso creo que no cuenta, era aún medio adolescente, ahora ni siquiera he llegado a planteármelo… ¡no sé que más decir!
Entonces Adrián soltó una de las suyas, …la verdad es que somos unos versos sueltos, podríamos estudiar la posibilidad de hacer un cuarteto ¿no os parece…?
Elena y yo nos miramos con cara de interrogante, terminando los tres con risas mientras nos dirigíamos a darnos una buena ducha.
Miré mi reloj y pasaban ya más de las ocho y media de la tarde, recordé entonces que iba a por leche, a mí abuelo, etc. volvimos al pueblo de la misma forma que vinimos, menos mal que la tienda seguía abierta. Nos despedimos con besos los tres y llegué a casa, aún no estaba mí abuelo, me fui a la habitación.
Me tumbé en la cama y quedé pensativo, brotó en mí esa bisexualidad tal oculta como impensable, ello no me hizo sentir mal ya que he de reconocer que nunca había sentido algo así, algo tan satisfactoriamente inolvidable… miré al escritorio y me vino cierto remordimiento en cuanto a -lo que tenía que haber hecho y lo que realmente he hecho- pero una cosa si tenía clara, quería volver a quedar con Elena para el tema de las clases, ver a Adrián, sentía que éramos tres personas en una.
Llegamos Elena, Adrián y yo a un pacto innegociable, nos veríamos los martes y jueves en casa de Adrián, salvo esté su tío, que ya se buscaría alguna alternativa y Elena me ayudaría en mi casa con los estudios, fue responsable nuestra decisión.
El resto del verano y con un calendario ya fijado, marte y jueves fueron épicos, los pasamos en casa de Adrián hacíamos de todo, usábamos el aljibe como piscina bañándonos los tres como Dios nos trajo al mundo, volvimos a practicar sexo dónde la imaginación de cada uno no podía tener tabúes. Comimos, reímos, nos contábamos nuestras más íntimas confidencias, nuestra amistad y amor mutuos se habían convertido en diamante bruto.
Lo más duro la despedida, pero fue Elena la que dijo que la próxima tocaría en Zaragoza, que allí nos veremos y que nos esperaría una sorpresa que no quería desvelar, pero este será otro relato que también merece la pena contar.
FIN
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Reviewed by xx
on
junio 12, 2022
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