MI HIJO OLVIDADO 3 – AMOR FILIAL
Tener a una abuela madura para
follar es genial... ¿Se puede pedir algo más? Creo que sí...
Mi hijo olvidado. Las enseñanzas de la abuela.
[Rocío]
¿Dónde estarán estos? Hace un rato que Pablo se fue, mi suegra fue al
momento y Esperanza también se marchó. No sé por qué me siento rara al pensar
en ellos. Pablo es un hombre de buen ver... de muy buen ver. Comprendo que
desde que llegó, mi hija esté alterada. Es muy joven y el ver un chico tan
apuesto como Pablo, es lógico que se le alteren las hormonas. Pero lo que más
me mosquea es mi suegra... Sé que a su edad tendrá sus necesidades sexuales, lo
entiendo, pero no creo que sea capaz de abusar de un joven, y menos siendo mi
hijo, por mucho tiempo que llevemos sin vernos.
Y lo peor de todo es que mi temor es causa de este inquietante
sentimiento que empiezo a sentir. Pablo es educado y da gusto hablar con él.
Hace mucho que estamos separados y tan sólo nos hemos visto unos pocos días.
Pero ¿por qué esta extraña sensación que me hace querer estar todo el tiempo
controlándolo? Y peor aún es la extraña excitación al sentir el contacto de su
cuerpo... Una madre no debe tener esas sensaciones, por mucho tiempo que no lo
haya visto y pueda tomarlo como un extraño... Pero sentir su cuerpo
rodeándome... y su polla empujando sobre mi culo...
- ¡Cariño, qué piensas tan callada! - mi marido me saca de mis
pensamientos justo en el momento que recordaba el joven cuerpo de mi hijo,
siento vergüenza - ¿Dónde estará mi madre y los otros?
Están dentro de la casa... - espero que su madre no esté abusando de mi
hijo.
- Oye, Pablo tiene un buen cuerpo ¿no crees? - y encima mi marido ahora
quiere que yo admire lo que me está empezando a ser una tortura - ¡Te imaginas
que mi madre quisiera liarse con él! - no entiendo por qué esas palabras
empiezan a arder en mis oídos y siento rabia – Ya sabes que mi madre, desde que
murió mi padre y se quedó sola, empezó poco a poco a buscar jovencitos para
satisfacer sus necesidades... - como esa puta toque a mi hijo la mato.
- ¡No creo! - este cornudo parece excitado con la idea de que mi hijo y
su madre follen – Nunca he sabido eso que dices, siempre me ha parecido una
mujer muy cuerda en el tema del sexo... o por lo menos muy discreta.
- ¡Sí, sí! - qué sabrá este sobre su madre que está hablando de la vida
sexual de su madre – Sabes que un día...
- ¡Hola! - qué susto me ha dado mi hija. Ha llegado por detrás de
nosotros y con ese “hola” se ha ido directamente a la ducha para tirarse a la
piscina. La noto rara...
[Abuela]
Aún tengo acelerado el corazón. Este niño sabe cómo hacerme gozar con
esa tremenda polla que tiene. Nunca me había estimulado el ano mientras me
follaban. Algunas veces he pagado a jóvenes para que me satisficieran, pero la
verdad es que ninguno jugó con mi ano. Sentirme llena con su polla y ese
juguetón dedo acariciándome el ano... ¡Todavía me caliento cuando lo pienso!
¡Míralos! Ahí están los tontos de mi hijo y su mujer. Si yo tuviera la
edad y el cuerpo de Rocío, tendría a Pablo todo el día entre las piernas,
aunque fuera mi hijo. Y el cornudo de mi hijo... Otro hombre inservible. Si no
fuera porque gestiona nuestra empresa bien, creo que Rocío lo hubiera mandado a
la mierda como marido. Lo qué no sé es cómo aguanta tanto tiempo sin sexo.
Nunca sale de casa, no va a sitios donde pueda encontrar una forma de tener una
aventura... ¡Tal vez sea una amargada! Tendré que achucharle a su hijo. ¡Ese sí
que la despertaría con su polla!
¡Y ahí va mi nieta! ¡Esa ha salido a mí! Desde que llegó Pablo, noto
que está más alegre. Sin duda, el cuerpo de ese joven le ha despertado las
ganas de sexo... ¡Y está en la edad! Yo a su edad ya había tenido sexo con mi
primo Fran, cinco años mayor que yo. Empezamos con jueguecitos y acabé a cuatro
patas, con él enganchado a mi culo, escondidos en el ático de la casa de mis
abuelos. ¡Qué recuerdos! ¡Bueno, me sentaré junto a estos muermos!
- ¡Hola! - ahí está el muermo de mi hijo, sonriendo feliz - ¿No os
bañáis más?
- No mamá. - él sigue en babia – En breve tenemos que prepararnos e ir
a comer con los Iturri. Si todo va bien, haremos un gran negocio con ellos. -
¡Eso, eso! Tú preocúpate por el dinero y no por echarle un buen polvo a tu
mujer.
- ¡Es verdad! - mírala, mustia y apática sin un buen hombre que la
tenga contenta en la cama – Se me había olvidado con la cosa de Pablo...
- ¡Pues nada! - mejor, así podré tener más tiempo para intentar
“conocer” mejor a Pablo – Dentro de un rato haré la comida para los tres... -
no me preocupa Esperanza, normalmente duerme una buena siesta después de comer.
- ¡Anda, vamos a prepararnos! - sí hijo, preparaos y que os vaya bien
la comida, yo espero tener otro tipo de comida...
[Pablo]
Cuando decidí venir aquí, esperaba encontrar a una madre y poder encontrar
el cariño que nunca nos pudimos dar. Pero esta abuela tan “cariñosa” no tiene
precio. Además, aunque intento respetar a mi madre, el no haber tenido una
relación desde niño con ella, me hace verla más como una presa de mi lujuria
que como una auténtica madre. ¡Y es que tiene un culo que me vuelve loco!
- ¡Hola hijo! - vaya, pensando en ella y me la encuentro en el pasillo.
- ¡Hola mamá! - le daré un abrazo y un beso como agradecimiento y así
junto mi cuerpo al suyo - ¡Muchas gracias por tener una familia tan
maravillosa!
- ¡Nada hijo! - la abrazaré con fuerza e intentaré pegarle todo lo
posible mi polla – Siempre te ayudaré en todo lo que pueda... - ha estado en la
piscina, pero hundo mi nariz en su cuello y recibo todo el aroma de su cuerpo.
¡Qué caliente me pone!
- Hijo, vamos a comer con unos clientes de mi marido. - no, no quiero
que se vaya – Volveremos por la noche, cuida de la abuela y de tu hermana.
- ¡No te preocupes mamá! - a la hermana la controlaré, pero la abuela
va a necesitar cremita para su maduro coño cuando acabe esta tarde con ella.
La veo subir las escaleras. Su culo se agita con cada escalón... ¡Es
impresionante! Tengo que ver la forma de que ese culo sea mío. ¡Oh, por aquí
viene mi hermanita!
- ¡Hola! - me encanta verla en bikini. Y con esa toalla rodeándole su
cuerpo está muy excitante.
- ¡Hola! - qué saludo más frío y qué cara más rara a puesto al mirarme...
[Hija]
¡No te pares, no te pares! No puedo mirarlo sin recordar cómo le metía
su polla a mi abuela. Me he puesto tan excitada que me he corrido mirándolos.
No lo puedo evitar. He visto alguna vez algo de pornografía, pero ver ese
espectáculo en directo ha hecho que sienta uno de los mejores orgasmos de mi
vida. ¡Voy a darme una ducha!
Estoy bajo el chorro del agua, pero no puedo dejar de pensar en ellos.
Mi abuela y mi hermano follando. Si él se hubiera criado con nosotros, tal vez
me sentiría mal por lo que hacen, pero me excita nada más verlo junto a mí,
ahora que lo he visto follar, mi deseo por estar yo en el lugar de mi abuela no
me deja estar tranquila. ¡Tengo que conseguir tenerlo para mí!
Tal vez después de comer, mi abuela espere que duerma como hago
siempre. Haré como si fuera a dormir y después los espiaré. Con un poco de
suerte, tal vez consiga verlos follar... ¡Mierda! Ahora mi coño está ardiendo y
tengo que tocarme para calmar esta lujuria.
[Jorge]
Rocío está en la ducha. Siempre me gustado verla tiene un cuerpo
maravilloso, lo sé. Me gusta tanto mirarla, verla gozar, que ha aflorado en mí
esta perversión de verla con otro hombre. Nunca se lo he propuesto, incluso una
vez hice todo lo posible porque estuviera a solas con un amigo para espiarlos.
Pero por muchos ataques que intentó, ella nunca quiso tener nada con él. De ahí
viene mi frustración, ella me excita, deseo tener sexo con ella, pero mi ansia
por verla con otro hombre consigue que me quede paralizado y no consigo tener una
erección, es muy raro y no me atrevo a ir a un especialista. Tal vez con su
hijo consiga algo, no lo sé.
- ¡Ya he acabado! - me encanta cuando sale del baño desnuda y envuelta
en esa toalla.
- ¡Gracias cariño!
Voy a ducharme, pero antes haré una de las pocas cosas que he
conseguido para tener una erección... A ver si están aquí... ¡Sí, aquí están
las bragas que se acaba de quitar! ¡El olor de su coño me vuelve loco! Así,
ahora agarro mi polla que empieza a ponerse dura y la froto. Ya queda poco. La
imagino sentada en mi cara, con su coño totalmente depilado. Mi lengua entra en
su raja y juega con su clítoris mientras su vagina me regala chorros de flujos
que saboreo. ¡Sí cariño! ¡¿Sientes mi lengua en tu coño?! Ella está excitada y
empieza a gemir mientras mi lengua se desliza entre sus labios vaginales,
recorriendo toda su raja. ¡Sí, siento que me voy a correr! Ahí está, mi polla
lanza chorros de semen contra el blanco inodoro. ¡Sí, sí, sí!
[Rocío]
No entiendo esta extraña sensación. Llevo mucho tiempo sin tener sexo
con mi marido, pero ya he tenido varias ocasiones en que distintos hombres,
incluso jóvenes, han intentado tener sexo conmigo. Siempre me he negado pues
quiero a mi marido y no soy una mujer que necesite tener sexo sólo por el hecho
de tenerlo. Sí me excitan algunas situaciones, algunos hombres que tienen unos
cuerpos maravillosos, pero de ahí a tener sexo...
Y lo que no entiendo es esta extraña excitación que me produce Pablo...
Es mi hijo, aunque nunca ha estado a mi lado, no dejar de ser mi hijo. Se
parece a su padre, pero lo que más me atraía de su padre era lo mismo que me
atormenta ahora, esa atracción que me produce el mero hecho de verlo... Tiene
una forma de mirar, de hablarme, de tocarme que consigue que todas mis defensas
y valores morales se destruyan... ¡Qué puedo hacer! Estoy contenta de tenerlo
de nuevo a mi lado, pero no quiero que sea el motivo por el que mi matrimonio
se rompa. Me cuesta tanto no estar excitada por Pablo.
[Abuela]
No hago más que pensar en ese maldito niño... Pablo consigue excitarme,
aunque no lo intente, sólo con mirarlo empiezo a sentir que mi coño vibra, lo
desea y se moja. Entré en el baño y en el momento que lo vi, cambió todo por lo
que había entrado. Cuando me di cuenta, estaba de rodillas y con su polla en mi
boca... ¡No me puedo controlar! Y un momento después, me incrustaba esa polla
hasta el fondo de mi coño. ¡Joder, de pensarlo empiezo a mojarme!
- ¡Joder abuela, qué buena está! - ya está otra vez el maldito
acosándome.
- ¡Qué dices idiota! - está loco, si lo escucha alguno de los otros se
liará algo terrible.
- ¡Qué buena está tu comida! - el cabrón sabe cómo ponerme nerviosa.
Primero con lo que dice, y ahora su mano acaricia mi culo... ¡Para por favor!
- ¡Estate quieto! - joder le digo que no y mi cuerpo quiere que no pare
– Si nos ven te mato...
- Están todos en sus habitaciones... - no, no me mordisquees la oreja,
siento como mi coño se inunda... - Podría levantarte la falda ahora mismo y
comerte este culo tan bueno que tienes... - ¡Cabrón, más que cabrón! Va a
conseguir que me corra como siga así... ¡Para, para!
- ¡Venga, siéntate en la mesa! - ¡Joder! Le he tenido que dar con la
paleta en la cabeza para que se esté quieto, pero mi coño pide que le baje la
ropa y me meta su polla... ¡Me vuelve loca! - ¡Ve poniendo la mesa y quietecito
con lo que haces!
No puedo estar todo el día cambiándome de bragas. Este niño hace que
las moje cada vez que me toca.
- ¿Así está bien?
- Sí hijo, ahora siéntate y espera que acabe de hacer la comida... - a
ver si para de una vez.
[Hija]
Llevo ya dos pajas en el día, sólo pensando en mi abuela y mi hermano,
y aún me siento caliente por Pablo. A ver si consigo engañarlos y puedo
espiarlos por si hicieran algo más. Con mis padres fuera y yo dormida, seguro
que intentarán algo... ¡Tengo que verlos!
- ¡Hola abuela! - ahí está, lleva esa bata que siempre se pone para
cocinar - ¡Hola hermanito! - ¡Joder, sólo lleva puesto unos pantalones cortos!
¡Me excita verlo así!
- ¡Siéntate a mi lado, hermanita! - mejor me sentaría encima y poder
sentir esa polla contra mi coño.
- ¿Aquí? - no hagas eso... Me abraza y me da un beso en la mejilla...
siento que mi cuerpo no se controla y deseo besarlo en la boca...
- ¡Qué guapa es mi hermanita! - me ha abrazado con su brazo y ha puesto
su mano en mi cadera... ¡Baja y acaricia mi coño!
- ¡Pablo, deja a tu hermana! - ¡Vaya, mi abuela parece celosa!
- ¡Por qué abuela! - lo abrazo y me lo comía ahora mismo - ¡¿No te
parece bien que mostremos lo que nos queremos?! - paso mi mano descuidadamente
por su pecho... ¡Me estoy calentando!
- ¡En la mesa hay que tener una compostura! - y en el baño también, qué
eres una abuela caliente - ¡Venga, sentaros bien y a comer!
Si no fuera porque mi abuela hace una comida que no se puede rechazar,
hubiera seguido manoseando a Pablo para ver hasta dónde hubiera llegado en su
arrebato de celos. Creo que como está mi abuela, si simulo que me voy a dormir,
podré ver algo de sexo entre ellos. ¡Eso haré!
[Pablo]
Es verdad que las mujeres maduras me ponen muy caliente, pero mi
hermana me ha excitado cuando se ha acercado a mí. Quería jugar un poco con los
deseos de la abuela, pero he conseguido excitarme con mi hermana. Y la verdad es
que esta abuela es una gran mujer, su comida está demasiado buena para negarse
a ella, al igual que el sexo que tenemos. Ese cuerpo maduro pide a gritos que
le dé sexo y en la primera oportunidad que tenga, se lo daré, todo el sexo que
desee.
- ¡Qué os aproveche! - vaya, los dos parecen que ya están listos para
irse – Nos vemos luego... ¡Sed buenos!
- ¡Hasta luego mamá! - qué bonita se ha puesto mi madre – Hija ¿vas a
salir esta tarde?
- No lo sé mamá, después de comer dormiré un poco y ya veré lo que
hago... - si mi hermana se duerme un poco, tendré oportunidad de buscar a la
abuela.
- Pablo, cuida de ellas ¿vale? - ¡Joder, está preciosa y sensual!
- ¡Por supuesto mamá!
- ¡Hasta luego! - se despiden los dos y se marchan.
[Abuela]
He pasado toda la comida en silencio, mi único pensamiento era la polla
de este endiablado niño. Nunca me había ocurrido algo parecido, ni siquiera con
mi marido. He tenido alguna aventura con otros jóvenes, pero sentirme esclava
de la polla de uno, nunca. No puedo evitar esta sensación. ¡¿Qué puedo hacer?!
- ¡Bueno abuela! - ¿Se irá por fin mi nieta? - Yo me voy a descansar un
poco... Si no te importa llámame dentro de un rato, estaré en mi habitación...
- Sí hija, dentro de un rato te llamaré... - cuando haya acabado de
satisfacer mis ganas de sexo. Vale, se levanta y se va.
- Y nosotros ¿qué podemos hacer? - Pablo me pregunta como si no lo
supiera.
- ¡Ven al trastero que hay en el jardín y te lo diré! - me he pegado a
él y su mano rápidamente se ha posado en mi culo. ¡Qué me gusta que me
acaricie! - Suéltame. Voy para allá. Espera un poco y vete después allí, te
estaré esperando.
- ¡Así lo haré! - intenta besarme, pero lo esquivo, no vaya a ser que
Esperanza nos vea. Ya habrá momento de besarlo.
Salgo de la cocina. Camino por el pasillo y miro hacia la escalera para
ver que mi nieta no está por allí. Doy pasos hacia el jardín, me tiemblan las
piernas, siento que mi sexo se va mojando por la excitación que me produce
tener sexo con él, y además el hacerlo a escondidas de mi nieta me vuelve más
lujuriosa, más perversa, más guarra.
[Hija]
Mi abuela se ha creído que me voy a dormir. Nada de eso. Ellos van a
follar, seguro, y yo voy a verlos, tengo que verlos. Por ahí va mi abuela... ¿A
dónde va? Se ha metido en el trastero... ¿Ahí lo van a hacer?
Sí, seguro. Ahora va Pablo. Ha entrado. Seguro que estarán empezando a
follar. ¡No me lo puedo perder! Pero allí dentro no los puedo ver... ¡Ya está,
simularé que voy a coger algo y los pillaré! ¡Eso haré!
[Pablo]
He abierto la puerta y he encontrado a la madura más caliente de todas
las que me he tirado en mi vida. Esperanza es ardiente, nada más verme me ha
abrazado y su lengua a comenzado a jugar con la mía dentro de mi boca. Está tan
excitada que su respiración se entrecorta. Acaricio su redondo culo mientras
sus manos no paran de acariciarme todo el cuerpo. Mi polla está dura. Follar
con una mujer madura me encanta, tener a una tan ardiente me vuelve loco.
- ¡Qué me has hecho maldito! - me habla enloquecida mientras acaricia
mi cuerpo. Se para a lamerme los pezones - ¡Quiero tu cuerpo! ¡Quiero tenerte
dentro de mí! - baja con su boca por mi cuerpo, lamiendo y besando toda mi piel
- ¡Me vuelves loca! ¡Quiero tu polla! - se ha puesto de cuclillas y empieza a
quitarme la ropa enloquecida - ¡Sácala! ¡Dámela!
Consigue bajar mis pantalones y mis calzoncillos hasta las rodillas. Mi
polla bota delante de sus ojos, erecta y deseando que su boca le dé una buena
mamada. Su mano la agarra, su lengua pasa por sus labios... Está caliente y se
la va a comer entera.
- ¡Tu abuelita te va a limpiar esta polla tan maravillosa! - está tan
caliente que empieza a hablar como toda una puta - ¡¿Quieres que la abuelita te
la limpie con su boca?!
- ¡Sí abuela, chúpala hasta que la cabeza de mi polla brille!
Su lengua recorre toda la longitud de mi polla, desde abajo, hasta
llegar a mi glande. Juega con él, haciendo círculos alrededor. Mi polla bota
con el suave contacto de su lengua. Su boca se abre, sus labios rodean mi
glande y un gran chupetón hace que mis piernas tiemblen de placer.
- ¡Sí abuela, así me gusta que me laven! - pongo mi mano en su cabeza y
la empujo para que mi polla entre un poco más en su caliente boca - ¡Sí, mi
abuelita sabe mamar muy bien!
Gruñe mientras intenta meter más y más polla en su boca. La miro, aún
lleva esa bata que usaba en la cocina. Ha abierto todos los botones y la tela
queda a los lados de su cuerpo. Está en bragas y sujetador. Sus piernas medio
abiertas me muestras sus bragas blancas, son pequeñas y puedo ver los pelos de
su coño que asoman por los lados. El sujetador le realzan las tetas y puedo ver
sus redondas formas. Alargo mi mano y acaricio su teta, buscando su erecto
pezón bajo la fina tela. Ella lleva una mano a su coño y lo acaricia mientras
no deja de tragar mi polla. Estoy muy caliente y esta mujer va a hacer que me
corra al momento, tengo que pararla.
- ¡Dios, qué es esto! - ¡Joder, la puerta se ha abierto de golpe y mi
hermana está de pie mirándonos! Nos ha pillado... - ¡Abuela! ¡Pablo! ¡¿Qué es
esto?!
- ¡Espera hija! - la abuela se levanta rápidamente y la agarra de la
mano, tira de ella y cierra la puerta de golpe - ¡Hija! ¡Tranquila! - miro a mi
hermana y veo que no está muy nerviosa ni enfadada con la situación... ¿Estará
fingiendo? - No le vayas a contar nada de esto a tus padres... ¡Por favor! - la
abuela le implora de rodillas, medio llorando.
- ¡Yo... yo...! ¡No te preocupes abuela! - veo claro que mi hermanita
no está aquí por casualidad.
- Abuela, creo que lo único que puedes hacer es darle educación... -
les digo mientras agarro a mi hermana por la cintura y me pego a ella, dejando
mi polla bien cerca de la abuela – Hermanita ¿quieres que la abuela te eduque
en el sexo? - la abuela muestra cara de incredulidad.
- ¡Yo... yo...! - tal vez mi hermana quería pillarnos, pero ahora no
sabe cómo reaccionar ante mi proposición, la abuela sigue de rodillas,
mirándonos a uno y a otro, sin saber que decir ni hacer.
- ¡Vamos, ponte junto a tu abuela! - le guío con mi mano hasta que se
coloca de rodillas junto a la otra - ¡Quién mejor que una abuela para enseñarle
a una mujer cómo se tiene sexo! - ahora están las dos atónitas - Muéstrale como
se lame una polla desde abajo...
La abuela mira a la nieta, desconcertada por la situación. Mi hermana
mira fijamente la polla, la tiene delante de su cara, endurecida, erecta y
botando para que le den sus caricias. La abuela coge la mano de su nieta y la
lleva hasta la polla.
- Agárrala por aquí... - su voz tiembla un poco por el nerviosismo que
siente – Y después pasa la lengua por aquí... - pasa toda la lengua por mi
polla hasta llegar al glande, se retira y mira a su nieta.
- ¡Vamos hermanita! - le acaricio la cabeza y la empujo suavemente para
acercarla - ¡Pruébalo! - ella se acerca y saca su lengua. La roza un poco y se
retira cómo avergonzada - ¡Vamos mejor a una habitación! - les ofrezco las
manos para que se agarren y se levantes. Después me subo la ropa, salimos del
trastero, las agarro por la cintura y caminamos hacia la casa.
[Abuela]
Me tiemblan las piernas mientras caminamos hacia la casa. Este cabrón
ha conseguido que le chupe la polla delante de mi nieta... Y lo peor es que me
siento excitada con la situación. Mis bragas están totalmente mojadas, tanto
por lo que le hacía antes de llegar Esperanza, como por lo que me ha hecho
hacer delante de ella. Sólo espero que su enorme polla no sea la primera que
entra en el virginal coño de mi nieta.
Caminamos junto a él. Las dos lo seguimos, él camina como si fuera
nuestro macho, altivo, seguro de lo que hace. Tocando nuestros cuerpos.
Llegamos a mi habitación. Tengo una cama de matrimonio y él hace que mi nieta
se siente en el filo de la cama. Me agarra y me coloca delante de mi nieta.
- ¡Mira hermanita! - se coloca tras de mí, sus brazos me rodean el
cuerpo, sus manos separan mi bata y me muestra en ropa interior a mi nieta –
Ahora acaricio el cuerpo de la abuela. Empiezo por su suave barriga... Subo una
mano por su cuerpo y acaricio sus tetas... - debería sentir asco por lo que nos
está haciendo a mi nieta y a mí, pero la verdad es que me siento excitada por
sus caricias y porque mi nieta nos esté mirando - ¿Te gusta abuela? - me
susurra al oído y no puedo hacer más que ronronear y frotar mi cuerpo contra el
suyo.
- Yo también quiero probar eso... - ya lo había dicho, mi nieta ha
salido a mí.
- ¡Pues ven aquí, junto a la abuela! - ella no tarda en levantarse y se
coloca junto a mí. Él nos abraza a cada una con uno de sus brazos y va tocando
nuestros cuerpos.
[Pablo]
¡No lo puedo creer! A las pocas horas de conocer a la abuela, sabía que
estaba caliente y la follé, se me da bien reconocer a las maduras sedientas de
una buena polla. Sabía que mi hermanita se alteraba al ver mi cuerpo, pero lo
que nunca imaginé es que tendría a las dos a la vez, lujuriosas y sensuales. Mi
hermanita ha heredado toda la calentura de su abuela.
- Abuela. - le susurró mientras acaricio suavemente a las dos – Creo
que mi hermanita tiene mucha ropa... ¡Ayúdala a quitársela!
No sabía si ella querría hacerlo, pero por alguna razón, me obedeció.
Se colocó delante de su nieta y yo me coloqué detrás. Sus maduras manos
empezaron a desabrochar el pantalón corto que llevaba y lo dejó caer mientras
yo pegaba mi cuerpo al de mi hermana y frotaba suavemente mi polla contra su
culo. Acaricié sus tetas suavemente, eran mucho más pequeñas que las de la
abuela, pero más firmes. La abuela tiró del pantalón hasta que cayeron al
suelo. Mi hermana movió las piernas y se deshizo de él. Yo seguía amasando sus
jóvenes tetas y mi polla iba a reventar dentro de mi pantalón.
- Abuela, ¿puedes ver si tiene el coño bien mojado? - la abuela me miró
con algo de odio, si era capaz de meterle mano a su propia nieta, haría
cualquier cosa que le pidiera - ¡Por favor, es que tengo las manos ocupadas! -
le sonreí maliciosamente y esperé su reacción. No hacía nada - ¡Vale, tocaré yo
el coño de mi hermana!
Solté una de las dos tetas para bajar la mano. Mi hermana se agitaba y
ronroneaba frotando su culo contra mi polla que seguía prisionera en mis
pantalones. La abuela bajó las bragas a su nieta hasta las rodillas. Aquel coño
estaba delicadamente depilado y sólo tenía un pequeño triángulo de pelos en la
parte alta. La abuela puso un dedo entre los labios vaginales de mi hermana y
las piernas de ésta se abrieron para que su abuela pudiera tocarla mejor.
- ¡Venga abuela! - le dije sonriendo y animándola - Mete todo el dedo
para ver cómo está...
No parecía muy convencida, pero poco a poco fue empujando el dedo
contra el coño de su nieta. Agarré la camiseta de mi hermana y se la quité, mis
manos volvieron a amasar sus tersas tetas y mis dedos jugaban con sus
endurecidos pezones. Besé su cuello suavemente y ella empezaba a gemir
suavemente. La abuela empezó a mover su dedo en sus labios vaginales, rozando
suavemente su clítoris. Llevé una mano a mi pantalón y conseguí deshacerme de
mi ropa que quedó en el suelo. Puse mi endurecida polla contra el culo de mi
hermana y ella frotó su culo para sentirla en su piel. La abuela ya no tocaba
el coño de su nieta, no, ahora la estaba masturbando y parecía disfrutar con
aquello. Me separé un poco de mi hermana, empujé mi polla hacia abajo y la metí
entre sus piernas.
Mi glande empujó la mano de la abuela y su dedo salió de entre sus
labios vaginales. Agité mis caderas y mi polla se frotaba con la mojada raja
del coño de mi hermana. La cara de la abuela empezó a cambiar, ya no parecía
tan enfadada, ahora empezaba a mostrar excitación al ver mi polla asomar por
debajo del coño de su nieta. Una de sus manos se colocó entre sus piernas, se
coló en sus bonitas bragas y empezó a masturbarse. Por momentos su cara
mostraba que iba sintiendo más placer.
- ¡Chúpala cuando asome entre el coño de Esperanza! - le dije a la
abuela, ella miró un poco y después se acercó al coño de su nieta con la lengua
fuera para que mi polla chocara con ella y lamerla.
Frotaba mi polla en el coño de mi hermana y sentía que cada vez me la
mojaba más con los flujos que me iba regalando. La lengua de la abuela lamía
suavemente mi glande cada vez que asomaba por el coño de mi hermana. Las dos
gemían, mi hermana por el placer de las caricias que mi endurecida polla le
daba en el clítoris y la abuela por el placer que sentía al ver aquello y el
que le daba su mano bajo las bragas.
- ¡Es injusto que los hermanos estemos desnudos y la abuela no! - les
dije separándome de mi hermana.
Abandoné a mi hermana y me fui para la caliente abuela. La hice
levantarse y le quité la bata. Me coloqué tras ella y desabroché su sujetador,
lo dejé caer al suelo.
- ¡Vamos hermana, mamemos las tetas de la abuela!
Agarré la mano de mi hermana y la hice colocarse a un lado de la
abuela, yo me coloqué al otro. Agarré la teta de mi lado y chupé la teta
mientras miraba a mi hermana. Le hice una seña con la mano para que ella
hiciera lo mismo a la teta que tenía más próxima. Tímidamente se inclinó y su
lengua jugó con el otro pezón. Bajé una mano y empecé a acariciar el coño de la
abuela por encima de sus bragas, estaba totalmente empapada. Mientras mi
hermana lamía la teta de nuestra abuela, me arrodillé delante de ella, agarré
sus bragas y las bajé hasta quitárselas. Ella sabía bien lo que necesitaba y
sus piernas se abrieron ligeramente para ofrecerme su coño. Sus manos separaron
sus labios vaginales mientras se escuchaban los chasquidos que daba mi hermana
en la teta que mamaba.
Acerqué mi boca al húmedo coño de la abuela y mi lengua empezó a lamer
sus labios vaginales. Sus piernas temblaban ligeramente cada vez que mi lengua
acariciaba su endurecido clítoris. Me levanté y llevé a mi abuela hasta
acostarla en medio de la cama. Mi hermana se sentó junto a ella y le acariciaba
suavemente el cuerpo. Separé las piernas de la abuela y las doblé para tener su
coño totalmente expuesto. Metí mi cabeza entre las piernas y comencé a lamer y
saborear todos los flujos que brotaban de su vagina. Estaba dedicado
completamente a mamar a mi abuela cuando sentí las caricias de mi hermana por
mi cuerpo. Sus suaves manos se deslizaban por mi espalda hasta llegar a mi
culo. Lo agarró con fuerza, una mano en cada cachete. Di un respingo cuando
sentí la boca de mi hermana que mordía uno de mis cachetes. Su boca se dedicó a
morder y besar los cachetes de mi culo mientras una de sus manos se colaba
entre mis piernas y acariciaban mis testículos.
[Hija]
Nunca hubiera imaginado una situación como esta, mi abuela, mi hermano
y yo en la cama de ella. Nunca hubiera imaginado que podía sentir tanta
excitación con esto, si me lo hubieran dicho alguna vez, me habría enfadado
enormemente e insultado a quien me hiciera tal proposición. Pero aquí estoy,
disfrutando del endurecido culo de mi hermano, mordiéndolo, saboreándolo
mientras toco sus huevos, son grandes y peludos. ¡Me encanta tocarlos!
Y esta polla... ¡Qué grande y dura está! Mientras mi boca besa cada
centímetro de su culo, mi mano recorre toda la longitud de su polla, una y otra
vez, no me canso de hacerlo, adoro sentirla en mi mano. Y los gemidos de mi
abuela me excitan más. Ya es vieja, pero disfruta con todo lo que le hace Pablo
que lleva un buen rato con su cabeza entre las piernas de mi abuela, comiéndole
todo el coño mientras ella chilla y se retuerce de placer.
- ¡Sí hijo, sí! - se está corriendo - ¡Sí, me estoy corriendo!
La miro sin dejar de acariciar la polla y puedo ver la cara de placer
que tiene mi abuela, sus caderas se agitan descontrolada mientras Pablo se
agarra a su culo para no apartar su boca del coño de ella. ¡Dios, qué caliente
me pone esto! Mi mano libre empieza a tocarme el coño, cada vez con más ritmo,
mi orgasmo se acompasa al de mi abuela y estalla cuando los ve luchar, ella
para zafarse de la boca de mi hermano, él, para no sacar su boca del coño de
nuestra abuela.
- ¡Para, para! - la voz de mi abuela muestra que está agotada por el
placer - ¡Quiero clavármela, métemela hasta el fondo!
Escuchar como ella le implora que la folle hace que estalle mi orgasmo.
Apenas emito sonido alguno, pero siento como mi entrepierna se moja con los
flujos que brotan de mi coño. Pablo por fin libera a mi abuela, se limpia a
boca con la sábana y agarra a mi abuela para apartarla a un lado. Los miro
sentada a los pies de la cama, acabando de sentir este primer orgasmo que me he
provocado. Él se tumba en medio de la cama, con su polla totalmente endurecida
y agitándola con una mano. Mira a mi abuela y con la otra mano la atrae hacia
él.
- ¡Ven aquí abuela! - tira de ella y ella sabe bien lo que le está
pidiendo – Eso es, abre las piernas y siéntate sobre mí...
Las piernas de mi abuela se abren y se coloca sobre Pablo. Entre medio
de ellas puedo ver su mojado y peludo coño de labios vaginales grandes. Una de
sus manos agarra la polla desde adelante y la guía hacia su vagina. ¡Van a
follar y yo lo veré! Se sienta y el redondo glande se pierde entre los labios
del maduro coño. Está hambrienta de sexo y en un momento desaparece dentro de
su coño. No sé qué se sentirá al tener eso dentro de la vagina, pero creo que
para recibir algo tan grande, tendrá la vagina totalmente dilatada. Me encanta
escuchar los gemidos de mi abuela. Miro su redondo y celulítico culo que bota
sobre mi hermano para follarlo.
Él acaricias sus tetas y juega con sus pezones mientras ella bota. Me
acerco más a ellos y los miro. Pablo me mira y me sonríe. Estoy muy caliente y
necesito masturbarme otra vez. Meto mi mano entre las piernas para tocarme, sin
que él pueda verme... siento un poco de vergüenza hacerlo delante de ellos, no
sé por qué. Él me hace un gesto con la mano para que me acerque más.
- Hermana, pon tu coño sobre mi boca y te lo como... ¡Verás qué bueno!
- mi coño se agita al escucharlo y miro a mi abuela sin saber por qué, como
pidiéndole permiso.
- ¡Anda niña, has lo que te dice tu hermano! - acaba de hablar y cierra
los ojos mientras sigue follándolo, se acaricia las tetas por el placer.
Me acerco a él, no sé bien qué hacer. Sus manos acarician mis muslos y
me dirige hasta que puedo ver su cabeza entre mis piernas. Sus dos manos
acarician mi culo, con suavidad, dulcemente. Siento sus labios en mi coño, me
dá un suave beso y mi vagina reacciona lanzando flujos.
- ¡Ouf! - mi boca empieza a lanzar sonidos que yo no conocía.
- ¡Qué coño más bonito tienes! - siento su lengua jugando con mis
labios vaginales - ¿Estás preparada?
No entiendo lo que me quiere decir y entonces ocurre... Su lengua
separa mis labios y acaricia la entrada de mi vagina. No lo puedo soportar.
Lanzo un gran grito de placer y él continúa moviendo su lengua por toda mi
raja, de arriba abajo. Siento su boca abierta en mi coño mientras su lengua se
agita. De mi vagina no deja de caer flujos que van a su boca. Él no para y
seguro que se los estará tragando todos.
Tras de mí, mi abuela gime y se agita mientras la polla de mi hermano
se hunde hasta el fondo en su coño.
- Hermana, gírate y vuelve a ponerme el coño en la boca. Mientras te
como el coño, podrás ver a la abuela disfrutando.
Me tiene que guiar de nuevo para que me ponga en la postura que él
quiere. Ya estoy y de nuevo siento la lengua que tanto placer me está dando.
Miro a mi abuela que sigue botando, puedo ver que la polla de mi hermano asoma
y se pierde entre las piernas de ella, está gozando y yo también. La lengua de
Pablo recorre toda mi raja y me está haciendo sentir cosas que nunca he
sentido. Lo máximo que he hecho en tema sexual fue con mi amiga Clara, nos
masturbamos la una a la otra, pero nunca nuestras bocas probaron el coño de la
otra, nunca me habían comido el coño y mi hermano me estaba volviendo loca de
placer. Miré las tetas de mi abuela, se agitaban con sus movimientos. Sus
oscuras aureolas tenían en todo lo alto unos pezones erectos y duros. No sé la
razón, pero me incliné hacia ella y saqué la lengua para intentar lamer sus
pezones.
Ella se clavó por completo la polla, agarró sus tetas con ambas manos y
me las ofreció mientras sus caderas se agitaban, refregando su coño contra la
polla de Pablo.
- ¡Mama a tu abuela!
Gemía mientras follaba, pero cuando mi boca rodeó su pezón y empecé a
mamar, pareció que perdiera toda razón. Daba gritos de placer estridentes, sus
caderas se agitaban frenéticamente... Se estaba corriendo mientras sus nietos
la follaban y mamaban sus tetas.
Yo también estaba a punto de correrme. La lengua de mi hermano salió de
mi coño y entonces se posó sobre mi ano. No pude evitarlo, aquella sensación se
apoderó de mí. Mamé fuerte mientras me corría. Los gemidos de mi abuela se
convirtieron en un profundo grito... ¡Por fin se corrió por completo! Solté su
pezón y la miré agitarse espasmódicamente sobre Pablo. Mis caderas empezaron a
agitarse incontroladamente cuando Pablo rodeó mi clítoris con sus labios y lo
mamó como si fuera un pezón. Caí sobre mi abuela al tener aquel formidable
orgasmo. Quedé por un rato sin aliento mientras mi hermano aún lamía suavemente
mi coño.
[Pablo]
Nunca me había comido un coño tan sabroso como el de mi hermana. La
verdad es que nunca había probado un coño joven, la más joven con la que había
tenido sexo fue Carmen, vecina de mi padre que de vez en cuando me quedaba en
su casa para ayudarla con su marido paralítico y para no estar yo solo en casa,
tenía quince años y ella cuarenta y tres. Aquella mujer me abrió el mundo del
sexo con maduras y nunca he tenido que follar con jóvenes. Y ahora me folla mi
madura abuela adoptiva y mi hermanastra... a cuál mejor. Sólo me falta saber si
ella quiere meterse mi polla.
- Hermana. - le dije acariciando su culo y besando suavemente su
empapado coño - ¿Quieres probar el lugar de la abuela?
- ¡Ni mijita! - la abuela saltó enfurecida por lo que le había dicho -
¡A Esperanza no le puedes clavar esta barbaridad! ¡La romperás!
- ¡No abuela! - dijo mi hermana mientras empujaba a mi abuela que la
miraba con cara de incrédula - No me la meteré, pero tengo que sentir esa polla
contra mi coño...
Mi hermana abrió las piernas, se sentó sobre mi polla y sus labios
vaginales la envolvieron. Empezó a agitar sus caderas y su coño se deslizaba a
todo lo largo de mi polla. Podía ver como mi polla surgía entre su coño, mi
enrojecido glande asomaba cada vez que ella agitaba su culo. No era follarla,
pero aquello era masturbarme con su joven coño.
- ¡Abuela, ayúdame! - le dijo a la otra y le ofreció sus tetas. La
vieja hizo lo que su nieta quería - ¡Sí, sí abuela! - gimoteaba mientras la
boca de la abuela le mamaba los pezones y mi polla rozaba su endurecido
clítoris - ¡Qué bueno! ¡Qué bueno! - repetía una y otra vez y sus caderas se
movían cada vez más rápido - ¡Me voy a correr! - estaba enloqueciendo con
aquello - ¡Me corro! - gritó y sus caderas se agitaban convulsivamente mientras
la abuela le frotaba el clítoris con la mano para que acabara de correrse -
¡Sí, sí! - gimoteaba cuando su orgasmo empezaba a acabar.
- ¡Y tú, niño! - me dijo la abuela - ¿No te vas a correr?
- ¡Sí abuela! - le dije apartando a mi hermana y poniéndome en pie -
¡Pero quiero hacerlo en tu coño!
- ¡Pues venga! - dijo ella ofreciéndome su culo para que la follara por
detrás.
- ¡Así no! - le dije y ella esperó a que le dijera cómo.
No le dije nada. Cogí a mi hermana y la puse en medio de la cama, con
las piernas abiertas y ofreciéndome su mojado coño... Se lo besé suavemente.
Después coloqué a la abuela a cuatro patas, mirando directamente a su nieta,
sin llegar a estar encima. Ella me miró extrañada.
- ¡Sí abuela, es lo que imaginas! - ella intentó negarse.
Agarré el pelo de la abuela en un buen puñado y pegué mi cuerpo a su
culo. La forcé a inclinarse hasta que su boca estuvo encima del coño de su
nieta.
- ¡No, eso no! - protestó la abuela y mi hermana me sorprendió al
agarrar la cabeza de la abuela.
- ¡Vamos abuela! - levantó las caderas y puso su coño en la boca de su
abuela.
Mi hermana sujetaba con fuerza a la abuela contra su coño, así que yo
me dediqué a dirigir con una mano mi polla al coño de la abuela. Lo encontré
empapado y de un solo empujón, la clavé por completo. Miré a mi hermana que
movía sus caderas y restregaba su coño contra la boca de la abuela que
intentaba protestar por lo que le hacíamos. Empecé a penetrarla con todas las
fuerzas que podía. Me puse a horcajadas sobre el culo con mi polla bien clavada
en su vagina. Miraba a mi hermana que totalmente excitada, forzaba a su abuela
a que le comiera el coño.
- ¡Soltarme pervertidos! - apenas se le entendía mientras su boca
estaba tapada con el coño de su nieta.
Le daba cachetadas en su redondo culo mientras hundía profundamente mi
polla en ella. Un minuto, dos minutos... No sé cuántos llevábamos follando a mi
abuela cuando sentí que quería correrme.
- ¡Ya, ya me voy a correr! - dije sin aflojar el ritmo de las
penetraciones - ¡Sí, ya viene!
- ¡No, en la abuela no! - gritó mi hermana - ¡Échalo en la boca de la
abuela y mi coño!
Aquellas palabras me excitaron y sentí que todo el semen iba a brotar.
Saqué la polla del coño de la abuela y la agarré con una mano para llevarla
hasta la boca y el coño que me esperaban. Me puse de rodillas junto a ellas. Mi
hermana aún mantenía la boca de la abuela sobre su coño. Apunté mi polla hacia
ellas y dejé salir mi semen.
- ¡Sí hermano, qué caliente está! - mi semen se deslizaba por la piel
de su pubis en dirección a su raja - ¡Vamos abuela, cómete el semen antes de
que llegue a mi coño! - se negaba a chuparla. Lancé otro chorro que cayó en los
labios vaginales de mi hermana - ¡Voy a quedar embarazada si no haces algo!
Fue impresionante ver a la abuela lamer el coño de su nieta. Si tanto
se había negado, ahora lamía todo el semen, metiendo su lengua en el coño de
Esperanza y dejándola limpia. Le acerqué la polla y mamó un poco de ella,
dejándola limpia también.
Me tumbé al lado de mi hermana y la besé suavemente. La abuela se
colocó al otro lado, la besé y se unió mi hermana al beso, de forma que mi
lengua jugaba con la de ellas a la vez. Descansamos un rato, era por la tarde y
Jorge y Rocío llegarían tarde. Las acariciaba a las dos mientras descansábamos.
MI HIJO OLVIDADO 1 – AMOR FILIAL
MI HIJO OLVIDADO 2 – AMOR FILIAL
MI HIJO OLVIDADO 4 – AMOR FILIAL
MI HIJO OLVIDADO 3 – AMOR FILIAL
Reviewed by Anónimo
on
mayo 09, 2020
Rating:
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mayo 09, 2020
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